El miércoles 10 de septiembre, la Ciudad de México fue sacudida por una de sus tragedias más devastadoras en años, una pipa cargada con más de 49 mil litros de gas LP volcó y explotó bajo el Puente de La Concordia, en Iztapalapa. El impacto del estallido dejó una estela de destrucción, más de 90 heridos y, hasta el momento, 26 víctimas mortales.
Entre los nombres que marcaron ese día destaca el de Erik Vicente Acevedo Romero, chofer de un microbús de la ruta Iztapalapa-Santa Martha, quien se convirtió en símbolo de coraje al ayudar a evacuar su unidad segundos antes de que el fuego lo envolviera todo.
“Salvó a otras personas y ahora nosotros oramos por él”, declaró su hermano días después del siniestro, mientras Erik luchaba por su vida con quemaduras en más del 90% del cuerpo. Durante los momentos previos a la explosión, Erik detuvo su unidad al percibir el escape de gas, abrió las puertas y comenzó a sacar a los pasajeros.
Imágenes de cámaras y relatos de testigos muestran a personas huyendo, incluida María Salud Jaurrieta, de 59 años, quien logró escapar segundos antes de la detonación. Erik también bajó, pero regresó al microbús al ver que algunos pasajeros se habían paralizado del miedo. Fue entonces cuando la explosión lo alcanzó.
Un ejemplo de valor dentro del caos
Durante horas, Erik permaneció sin identificar en el Hospital Rubén Leñero. Su familia y compañeros lo buscaron desesperadamente, guiados sólo por una seña particular: un rosario tatuado en la mano. La historia de su búsqueda se viralizó cuando un amigo suyo difundió su imagen para localizarlo.
Lamentablemente, este 19 de septiembre, su familia confirmó su fallecimiento, en el marco de una fecha especialmente dolorosa en la memoria sísmica del país. Ese mismo día también murió María Salud, otra víctima del estallido, y Fernando Soto Munguía, chofer de la pipa, días antes.
La noticia del deceso de Erik provocó una oleada de condolencias en redes sociales, donde fue nombrado “el héroe de Iztapalapa”, en reconocimiento a su sacrificio. Su historia ha sido destacada como un ejemplo de altruismo y humanidad ante el desastre.