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“Ofertas de sueldos de 20 mil pesos”, el gancho en Teuchitlán: Sandra Romandía

La periodista relata el libro “Testigos del Horror” la forma como el CJNG usaba el Rancho Izaguirre para obligar a jóvenes a cometer crímenes sangrientos

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En "Testigos del Horror", la periodista Sandra Romandía relata cómo el CJNG reclutaba jóvenes. (Especial)

La escalofriante historia del Rancho Izaguirre en Teuchitlán —sitio usado por el Cártel Jalisco Nueva Generación como centro de reclutamiento y adiestramiento— va más allá en libro “Testigos del Horror” de la periodista de investigación Sandra Romandía, quien a través de 256 páginas narra las atrocidades y crímenes ocurridos en ese predio.

A través de las voces de María, Luis, Héctor y Alfredo, ambos sobrevivientes a la barbarie del cártel de las cuatro letras (CJNG), se narra cómo las personas eran obligadas a cometer crímenes sangrientos en ese terreno para evitar que sus familias fueran dañadas.

“Lo más difícil era poder acceder a los testimonio que aclaran o da un poco de lucidez de lo ocurrido en el Rancho Izaguirre. La mayoría de las personas fueron victimadas porque las obligaron a torturar, descuartizar e incinerar personas, entonces no quieren hablar porque corren el riesgo de ser procesados”, comentó en entrevista con Publimetro.

¿Cómo ha sido el recibido el libro en México?

– Por parte de la audiencia ha tenido una gran aceptación, ya que está entre los más vendidos en su categoría de Amazon y librerías. Las autoridades no han dado una respuesta a la publicación.


Sigue el silencio por parte de la Fiscalía General de la República, por parte de la Presidencia de México y solo nos lleva a cuestionarnos qué se debe hacer para tener un cambio.

Las madres buscadoras en este país están haciendo el trabajo de las fiscalías, y el que la autoridad no quiere hacer, y ellas han aportado mucho. Tuve un gran acercamiento con ellas en cuanto a ayuda de tener información.

¿Por qué el Rancho Izaguirre conmocionó a México y al mundo?

– La respuesta para mí es que por fin teníamos la narrativa de qué pasaba con las personas desaparecidas en México, a donde iban a dar los jóvenes que iban por una oferta de trabajo y que sus familias nunca más volvían a saber de ellos.

Había información dispersa de que podían estar reclutados de manera forzada por el crimen organizado, pero no teníamos el escalofriante relato de dónde terminaban sus últimos días. Entonces, decido investigar e ir más a fondo y bajo la sospecha de que las autoridades buscan ocultar el hecho.

¿Cuál era el modus operandi del reclutamiento del CJNG?

– Había un sistema que tenía que ver con ofertas de trabajo por internet como Facebook, Whatsapp y TikTok, que se ofrecían a jóvenes y hasta a personas de 50 años, tal como ser cuidadores de rancho, participar en actividades agrícolas o de chóferes, todo ello con un buen pago y también les pedían datos de sus familias, los cuales eran utilizados para amenazarlos.

Las personas seguían un procedimiento de aceptación en las supuestas empresas, y luego de decirles que se habían quedado y que iban a ganar 20 mil pesos —una cantidad estratosférica para los jóvenes— los citaban en la central camionera de Tlaquepaque en la mayoría de los casos.

Después, pasaba una camioneta o carro por ellos supuestamente de la empresa y al subirse eran amenazados con armas y debían entregar sus celulares, los cuales eran reiniciados de fábrica; y luego eran llevados a un paraje para obligarlos a grabar un vídeo, donde las víctimas aseguraban que se habían unido al crimen por su propia voluntad.

¿Qué pasaba en el Rancho Izaguirre y las víctimas?

– En el Rancho Izaguirre las personas eran sometidas a adiestramiento por parte de colombianos, exmilitares y exmarinos, estos los hacían trabajar día y noche con ejercicios deportivos extenuantes con poca comida y agua, si no alcanzaban a hacer las sentadillas o lagartijas, eran asesinados o tableados, ello dependía de cuántas veces habían fallado.

Para los criminales, aquellos que no tenían condición física no servían y entonces eran acribillados ahí mismo, a la vez que los otros compañeros eran obligados a descuartizarlos, incinerarlos y abrirles un espacio para ahí quemar los restos, y estas labores se repetían.

A otros los llevaban a pelear a otros estados como Zacatecas, Michoacán, Guerrero y cuidar las áreas controladas en Jalisco, entonces los reclutas se convertían en halcones, reclutadores y hasta sicarios. Además, estaban vigilados todo el tiempo y eran amenazados de que si escapaban iban a matar a toda su familia.

Frase:

“Sentir empatía por las víctimas, entender las historias desde lo humano y poder vernos en el reflejo del otro como México, y cómo las familias que han sufrido, y exigir como ciudadanos justicia a la autoridad y un alto a esta barbarie”

—  Sandra Romandía - Periodista de Investigación
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