El Frente Unidos por la Hospitalidad informó que la hospitalidad comunitaria genera en la capital una derrama económica de 22 mil millones de pesos al año y cerca de 67 mil empleos, convirtiéndose en un motor de desarrollo para colonias y barrios fuera de los corredores turísticos tradicionales.
El organismo —que agrupa a la Asociación Mexicana de Viviendas Turísticas, la Asociación de Administradores Profesionales de Renta Vacacional y Todos Somos Anfitriones, y que en conjunto representa a cerca de 49 mil familias— explicó que las Estancias Turísticas Eventuales (ETEs) han permitido acercar el turismo a nuevas zonas de la ciudad, impulsando el consumo local y fortaleciendo a pequeños comercios y mipymes.

Sobre este tipo de lugares, las Estancias Turísticas Eventuales (ETEs) se definen como una modalidad de hospedaje formal que forma parte de la economía colaborativa y permite a familias capitalinas recibir visitantes a través de plataformas digitales de manera regulada. Este esquema amplía la capacidad de alojamiento de la ciudad sin necesidad de nuevas construcciones, distribuye la actividad turística hacia colonias y barrios que tradicionalmente habían quedado fuera de los corredores turísticos y genera oportunidades de ingreso para los hogares anfitriones.
En el marco del Día Mundial del Turismo, que se celebra este 27 de septiembre, el Frente recordó que entre enero y agosto de 2025 la Ciudad de México recibió más de 9.7 millones de visitantes, el 72.8 % de ellos nacionales, lo que confirma que el turismo interno es el principal motor de recuperación del sector. De acuerdo con sus análisis, por cada peso invertido en hospedaje los visitantes gastan hasta cuatro pesos adicionales en gastronomía (45 %), transporte (16 %), entretenimiento (13 %), artesanías y compras (13 %) y provisiones (8 %). Además, nueve de cada diez anfitriones recomiendan negocios de la zona, amplificando el beneficio directo para las comunidades.
Sean Cázares Ahearne, director general de la Asociación Mexicana de Viviendas Turísticas, subrayó que este modelo “multiplica la economía barrial y permite que el turismo llegue a lugares donde antes no existía infraestructura para recibir visitantes. Las viviendas turísticas son parte fundamental de un turismo inclusivo, responsable y sostenible”.
Por su parte Juan Pablo González, embajador de la Asociación de Administradores Profesionales de Renta Vacacional en la CDMX, agregó que “la hospitalidad comunitaria es un puente para que la derrama económica del turismo llegue a más familias, colonias y pueblos, y para que la CDMX se consolide como un destino que combina identidad, inclusión y desarrollo económico”.
Asimismo, Ángel Torres, fundador de Todos Somos Anfitriones, enfatizó que este modelo “reafirma la convicción de que el turismo debe ser un pilar fundamental para la paz, un motor de desarrollo sostenible y un guardián de nuestro patrimonio natural y cultural, gracias a los embajadores locales”. Añadió que “desde el Frente Unidos por la Hospitalidad compartimos la visión de un sector que priorice a las personas, empodere a las comunidades como protagonistas de su propio desarrollo y promueva un crecimiento inclusivo que demuestre que la sostenibilidad no es un obstáculo, sino la única vía para un futuro próspero y resiliente donde quepamos todos y todas. El turismo se trata de paz. El turismo se trata de construir una prosperidad compartida.
En el plano de lo nacional hablando igualmente del sector, la Secretaría de Turismo federal reconoció que en el primer semestre de 2025 ingresaron al país 23.4 millones de turistas internacionales, 7.3 % más que en el mismo periodo del año pasado, lo que mantiene a México como uno de los destinos preferidos a nivel mundial por lo que las estancias turísticas de carácter eventual son una buena opción para los visitantes.