La polémica sobre si los sueros orales o electrolitos -como Electrolit y otras marcas- deben pagar impuestos ha despertado dudas entre la población. El cuestionamiento surge porque no está claro si se clasifican como bebidas azucaradas o como productos medicinales.
Aunque se venden tanto en farmacias como en tiendas de conveniencia, muchas personas los consumen como si fueran un refresco más, sin conocer realmente sus propiedades, beneficios y riesgos.
El tema no solo implica un asunto fiscal, sino también de salud pública, ya que la forma en que se consumen puede marcar la diferencia entre aprovechar sus beneficios o exponerse a riesgos por un uso excesivo.
¿Los electrolitos o sueros orales son medicamento o bebida azucarada?
Los electrolitos orales están formulados para reponer sales y minerales perdidos en situaciones específicas: ejercicio intenso, sudoración excesiva, diarrea o vómito. Su composición incluye agua, sodio, potasio, cloruro y glucosa (azúcar), además de otros componentes como el citrato.
De acuerdo con un estudio del Laboratorio Nacional de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) publicado en 2018, la Ley General de Salud considera a estos productos como medicamentos de libre venta, que no requieren receta y pueden expenderse en farmacias y otros establecimientos.
A las bebidas hidratantes en general se les aplica la NOM-218-SSA1-2011, lo que las ubica en un terreno regulatorio diferente al de los refrescos o jugos industrializados. El problema es que, pese a este marco legal, en la práctica mucha gente los adquiere y consume como si fueran una bebida común, lo que genera confusión y riesgos potenciales.
¿Es bueno o malo tomar sueros orales? Todo lo que debes saber
En la página oficial de Electrolit, la empresa asegura que sus sueros están indicados para prevenir y tratar la deshidratación en personas mayores de seis años de edad, no solo por enfermedad, sino también tras actividades físicas que alteren el balance hidroelectrolítico del cuerpo.
Además de líquidos y minerales, proporcionan glucosa, que funciona como una fuente rápida de energía (calorías).
Sin embargo, especialistas advierten que su consumo debe hacerse con cuidado y únicamente cuando existe pérdida de líquidos y electrolitos. Usarlos de manera rutinaria, como sustituto del agua, no es recomendable.
Riesgos y efectos secundarios del consumo excesivo de electrolitos
De acuerdo con portales médicos como Mundo Farmacéutico, tomar suero oral en exceso puede traer consecuencias negativas.
- Consumo demasiado rápido o frecuente: puede provocar náuseas y vómito.
- Exceso prolongado: puede causar sobrecarga salina o hipernatremia (niveles elevados de sodio en la sangre), condición que afecta al sistema neurológico y cardiovascular.
- Riesgo de hiperkalemia: en personas con problemas renales, el exceso de potasio en el plasma sanguíneo puede generar complicaciones graves.
No se recomienda su consumo en personas con diabetes, insuficiencia cardíaca, obstrucciones intestinales, intolerancias a los componentes, o en quienes tienen dificultades para absorber carbohidratos. En estos casos, el riesgo supera a los beneficios.
Dosis adecuada y frecuencia recomendada para tomar electrolitos
No existe una única regla, ya que la dosis depende de la edad, condición física y estado de salud. Sin embargo, especialistas advierten que consumir más de un litro de electrolitos en menos de 8 horas puede ser contraproducente, sobre todo si no hay pérdida real de líquidos.
El Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI), explica que un consumo desmedido puede provocar desequilibrio electrolítico, lo que a su vez afecta la presión arterial, la función cardíaca y la salud general.
Se recomienda beber los electrolitos en sorbos pequeños y constantes, en lugar de ingerir grandes cantidades de una sola vez, ya que así se facilita la absorción.
¿Tomar electrolitos todos los días como sustituto del agua?
Una de las dudas más frecuentes es si se pueden consumir electrolitos diariamente, como una alternativa al agua natural. La respuesta es no, ya que los sueros orales no fueron diseñados para la hidratación cotidiana, sino para casos específicos de deshidratación o esfuerzo físico intenso.
Usarlos de manera indiscriminada puede ser similar a consumir bebidas azucaradas, ya que también contienen glucosa. Aunque sus beneficios médicos son claros en ciertos contextos, no sustituyen el papel fundamental del agua como principal fuente de hidratación.
Los electrolitos orales cumplen una función clave en el manejo de la deshidratación y en la reposición de minerales perdidos por enfermedad o esfuerzo físico. No obstante, no deben confundirse con refrescos ni consumirse de manera cotidiana.
Antes de tomarlos de manera regular, es importante consultar a un médico para determinar si son realmente necesarios, cuál es la dosis adecuada y qué riesgos pueden existir según la condición de cada persona; lo esencial es tomarlos de manera responsable y consciente, evitando convertirlos en consumo diario.