Raúl Marcos Tapia, mejor conocido como el Messi de los H1-A1, no es un crack del fútbol, pero sí tenía “movimientos” dignos de un diez… del crimen. Tapia era considerado uno de los operadores más hábiles de la célula delictiva H1-A1, vinculada con la Familia Michoacana, y operaba con tanto “talento” que terminó ganándose ese irónico apodo.
Junto con Karla Paola González, quien sería su pareja o colaboradora cercana, fue detenido por agentes de inteligencia de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de la Ciudad de México.