La tragedia aérea en la que perdió la vida la conductora de televisión Débora Estrella sigue generando nuevas revelaciones. Fuentes de la Fiscalía de Nuevo León confirmaron que el piloto de la avioneta, identificado como Bryan Ballesteros Argueta, dio positivo a alcohol y marihuana en los exámenes toxicológicos practicados después del accidente ocurrido en García.
De acuerdo con El Norte, las fuentes precisaron que estos resultados no significan necesariamente que las sustancias hayan sido la causa directa del desplome de la aeronave tipo Cessna 150, matrícula XB-BGH, perteneciente al Centro de Estudios Aeronáuticos de Mazatlán (CEAM). Sin embargo, el hallazgo marca un giro importante en la investigación y genera dudas sobre los protocolos de seguridad en vuelos de instrucción.
La última comunicación del piloto antes del desplome
De acuerdo con los reportes oficiales, el piloto alcanzó a comunicarse con la Torre de Control, avisando que regresaría a la pista. Minutos después, la avioneta perdió altura de manera repentina y terminó estrellándose en la zona de Laderas / Riveras Interpuerto, en el municipio de García.
En el accidente murieron tanto el piloto como la conductora de noticias, quien recientemente había consolidado su carrera en Telediario Monterrey y Milenio Televisión, convirtiéndose en una de las figuras más reconocidas de la pantalla local.
Investigación a cargo de FGR y DGAC
La Fiscalía General de la República (FGR) y la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) trabajan de forma conjunta para determinar si el consumo de drogas y alcohol influyó en la pérdida de control de la aeronave o si existieron también factores técnicos y ambientales.
La DGAC analiza posibles fallas mecánicas, condiciones de vuelo y protocolos de la escuela de aviación propietaria de la avioneta. En paralelo, la FGR evaluará las implicaciones legales y responsabilidades derivadas del hallazgo toxicológico.
Impacto mediático y preguntas abiertas
La muerte de Débora Estrella conmocionó a la audiencia en Monterrey y a nivel nacional. Ahora, la revelación de que el piloto volaba con alcohol y marihuana en su sistema ha desatado indignación, pues abre la puerta a cuestionamientos sobre negligencia, falta de supervisión y control en la formación de pilotos.
Aunque la Fiscalía insiste en que el caso sigue abierto y que todavía no hay conclusiones definitivas, el hallazgo coloca más presión sobre las autoridades y sobre la escuela de aviación, que podría enfrentar consecuencias legales y reputacionales.