Suena a cliché, pero es sencillo, salvo que uno sea rico, tener un seguro de vida es de las pocas herramientas efectivas para garantizar la estabilidad económica de la familia en caso de un imprevisto; de lo contrario, la alternativa es condenar y arrastrar a los seres queridos a dificultades económicas.
Aunque para muchas personas el proceso de contratación puede resultar abrumador debido a los términos técnicos, diferentes tipos de pólizas, la duda sobre qué cobertura es la más adecuada, así como las llamadas ‘letras chiquitas’, la realidad es que elegir un seguro de vida puede ser mucho más sencillo si se siguen algunos pasos clave.
¿Qué implica tener un seguro?
Contar con un seguro de vida no solo significa protección financiera, también representa tranquilidad y la certeza de que los seres queridos estarán respaldados.
Al seguir unos pasos básicos y aprovechar los canales disponibles, contratar un seguro puede ser un proceso claro, rápido y accesible para cualquier persona interesada en planear su futuro con responsabilidad.
Al respecto, Salvador Alonso y Caloca, director general de Seguros Banorte, aclara que “el seguro de vida no debe percibirse como un trámite complicado, sino como un paso natural en la planeación financiera de cualquier familia”.
Refiere que el sector se encuentra enfocado en crear procesos simples y ágiles, que permitan contratar de forma clara y confiable, por lo que comparte 5 tips que se pueden tomar como punto de arranque para definir el tipo de protección que cada quien requiere:
- Identificar las necesidades de protección
Antes de comparar opciones, lo más importante es definir para qué se requiere el seguro. Puede ser para asegurar que los hijos continúen con sus estudios, cubrir deudas pendientes o simplemente dejar un respaldo económico a los seres queridos.
Esta claridad inicial permite elegir la suma asegurada adecuada y el tipo de póliza más conveniente.
- Revisar coberturas y beneficios adicionales
No todos los seguros de vida son iguales. Algunos ofrecen protección básica por fallecimiento, mientras que otros integran coberturas complementarias como invalidez, enfermedades graves o ahorro a largo plazo.
La recomendación es leer con detenimiento las condiciones de cada producto y verificar qué beneficios se ajustan al estilo de vida y necesidades personales.
- Analizar el presupuesto
Es importante calcular cuánto se puede destinar mensualmente sin comprometer las finanzas. Existen opciones con diferentes esquemas de pago y plazos, lo que permite adaptar la póliza al bolsillo de cada persona.
- Comparar alternativas y buscar asesoría
Aunque es posible investigar de forma individual, contar con la orientación de un especialista puede facilitar la decisión. Un asesor ayuda a comprender mejor los términos de la póliza, las exclusiones y las ventajas de cada alternativa.
- Elegir el canal de contratación más conveniente
Actualmente, las aseguradoras ofrecen distintas vías para contratar: en línea, por teléfono o de manera presencial. Esto da mayor flexibilidad y permite que cada persona decida la opción más cómoda.
Esto porque actualmente muchas aseguradoras apuestan por digitalizar la experiencia de contratación, con formularios en línea y herramientas que permiten calcular la suma asegurada en pocos minutos.
También existe la opción de recibir acompañamiento personalizado para quienes prefieren resolver dudas directamente con un asesor.
En el caso de Seguros Banorte, por ejemplo, los clientes pueden iniciar la contratación de manera digital o presencial, siempre con la posibilidad de recibir orientación profesional para tomar la mejor decisión.