Un hecho poco común y que causó sorpresa entre transeúntes del Centro Histórico de la Ciudad de México (CDMX) tuvo lugar el domingo 19 de octubre en el corazón de la capital mexicana.
Entre el bullicio cotidiano del Zócalo, donde turistas, comerciantes y oficinistas se cruzan a diario, se detectó una situación que parecía salida de una película de aventuras: la presencia de animales exóticos transportados de manera inapropiada por la vía pública.
La intervención de las autoridades evitó que estos ejemplares sufrieran daños mayores y puso al descubierto un posible delito ambiental que ya está bajo investigación.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), en colaboración con la Brigada de Vigilancia Animal (BVA), fueron alertados gracias a denuncias ciudadanas difundidas en redes sociales.
Tras realizar recorridos en las calles cercanas a la Plaza de la República y en los cruces de Madero y Monte de Piedad, los uniformados observaron a dos hombres cargando cajas de plástico que, a simple vista, contenían animales vivos.
Al acercarse, los sujetos, quienes declararon ser originarios de Tamaulipas, fueron inspeccionados siguiendo los protocolos policiales. Dentro de los recipientes se encontraron tres especies de fauna silvestre: un caimán de anteojos con el hocico amarrado, una serpiente burmes y un mono capuchino con un collar y correa metálica que limitaban su movilidad.
Los animales están en observación
Las condiciones en que se transportaban los animales eran inadecuadas y representaban un riesgo tanto para ellos como para las personas a su alrededor.
Tras informar a los hombres de 38 y 41 años de edad que estaban cometiendo un delito ambiental, fueron detenidos, se les leyeron sus derechos y fueron presentados ante la Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales y Protección Urbana (FIDAMPU), junto con los animales.
Por su parte, los tres ejemplares quedaron bajo el cuidado de la BVA en Xochimilco, donde veterinarios especializados los evaluaron y mantendrán en observación. Se espera que, una vez concluidos los estudios y asegurado su bienestar, sean entregados a las autoridades competentes para su rehabilitación o reubicación en condiciones adecuadas.