El Partido Acción Nacional (PAN) decidió relanzarse con una estrategia tecnológica que ha dado de qué hablar: una app para afiliar simpatizantes que promete regalar un iPhone 17 cada día entre quienes se registren.
La iniciativa busca modernizar la imagen del partido y atraer a nuevos votantes, pero su ejecución parece tropezar con un detalle clave: la aplicación solo está disponible para usuarios de iPhone.
De acuerdo con datos del portal especializado Statcounter, en México Android domina el mercado móvil con 82.07 %, mientras que iOS apenas alcanza el 17.8 %. Esto significa que más de ocho de cada diez personas en el país no podrán descargar la app panista, lo que limita su alcance a una minoría.
Pese a ello, el dirigente Jorge Romero celebró que la aplicación apareciera entre las más descargadas del momento, aunque los analistas advierten que el éxito en descargas no necesariamente refleja impacto real si la base de usuarios potenciales es tan pequeña.
A este contexto se suma la brecha económica que implica el uso exclusivo de dispositivos Apple. En México, el iPhone más barato que aún se vende oficialmente es el modelo 13, con un precio de alrededor de 9,359 pesos, mientras que un teléfono Android nuevo puede costar desde mil pesos.
Y si se consideran los ingresos promedio, la diferencia es todavía más notoria:
Para adquirir un iPhone 17 base, una persona que gana el salario mínimo necesita 48 días de trabajo.
El modelo iPhone 17 Air requiere 62 días.
El iPhone 17 Pro, 68 días.
Y el iPhone 17 Pro Max, hasta 74 días de salario mínimo.
Estos cálculos evidencian que la apuesta tecnológica del PAN se orienta a un segmento de mayores ingresos, justo en un momento en que el partido busca reconectar con la ciudadanía tras años de pérdida de presencia territorial.
En redes sociales, las críticas no tardaron: usuarios señalaron que una app exclusiva para iPhone retrata más un partido elitista que incluyente, mientras que otros ironizaron con que la verdadera estrategia del PAN parece ser atraer “influencers con iPhone, no militantes de a pie”.
La paradoja es clara: en su intento por mostrarse moderno y cercano a la gente, el PAN termina lanzando una herramienta que excluye a la mayoría del electorado mexicano, reflejando —de manera simbólica— la distancia entre la dirigencia partidista y la realidad económica de la población.