El asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo, ocurrido la noche del 1 de noviembre durante las celebraciones de Día de Muertos, reveló un nivel de violencia e inhumanidad que las autoridades califican como “ejecución planeada” por una célula delictiva.
Minutos antes del ataque, Manzo fue visto cargando a su pequeño hijo, abrazado a él mientras saludaba a turistas y hablaba de la alta ocupación hotelera. No obstante, para los miembros del grupo criminal que lo vigilaba, esa escena no representó un freno según las instrucciones dadas.
Detienen al asesino de Carlos Manzo
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana confirmó la detención de Jorge Armando “N”, alias El Licenciado, identificado como uno de los autores intelectuales del atentado y líder de la célula criminal responsable. Según las investigaciones, "El Licenciado" ordenó a sus subordinados disparar sin importar quién acompañara a Manzo.
Las conversaciones recuperadas de un grupo de mensajería muestran que presionó al tirador para que ejecutara el ataque “aun cuando Carlos Manzo estuviera acompañado y con quien estuviera acompañado”, instrucción que fue reiterada minutos antes del crimen.
Las indagatorias detallan que la célula distribuyó a sus integrantes en distintos puntos del recorrido para seguir al alcalde en tiempo real. Ramiro “N”, señalado como coordinador en tierra, envió a las 18:06 un video de la jardinera donde ocurriría el homicidio. Más tarde, a las 19:45, confirmaron que Manzo ya estaba en el festival de velas transmitiendo en vivo. A las 20:00, tras el ataque, reportaron la neutralización del tirador.
Las autoridades también identificaron que Ramiro “N” era instructor dentro del grupo criminal: enseñaba el uso de armas y sometía a castigos físicos a quienes no obedecían.
Dos de los implicados, Fernando Josué “N” y Ramiro “N”, fueron encontrados ejecutados el 10 de noviembre en la carretera Uruapan–Paracho, en un aparente intento del mismo grupo por frenar las investigaciones.