A un año de llegar a la Alcaldía de Tlalpan, Gabriela Osorio habla con una confianza serena, de quien conoce el territorio calle por calle y entiende dónde duele y dónde avanza. La demarcación más grande de la Ciudad de México —y que hace apenas una década encabezó la actual presidenta Claudia Sheinbaum— presume hoy una reducción histórica en delitos de alto impacto, una limpieza interna que cortó inercias de corrupción y una relación directa con la ciudadanía, con audiencias públicas desde las siete de la mañana. Con solo 35 años, Osorio no solo gobierna la alcaldía con más suelo de conservación de la capital, también se ha convertido en una de las jóvenes figuras con mejor evaluación dentro de Morena. En entrevista con Publimetro, así describe su primer año.
Desde el primer minuto, Osorio resume la llegada al cargo con una idea: “Fue un año de poner orden”. Asegura que heredó una administración marcada por rezagos y prácticas opacas. El ejemplo que más repite está en el tema del agua: mientras que antes una pipa tardaba más de un mes en llegar, hoy el promedio es de cinco días gracias a la depuración del sistema y a controles estrictos que evitaron el desvío del servicio. “Eso para mí es un timbre de orgullo”, comenta, y de inmediato enlaza con su sello personal: la cercanía diaria. Las audiencias públicas que retomó de la gestión de Claudia Sheinbaum permiten a cualquier persona verla sin filtro, con solicitudes que van desde bacheo y repavimentación hasta ordenamiento del comercio en vía pública.
El tema de seguridad es otro de sus puntos fuertes. La alcaldía registra una disminución del 24% en delitos de alto impacto, el mayor avance de toda la ciudad. Aun así, Osorio insiste en que la tarea sigue abierta: “Mientras alguien se sienta inseguro en su calle, no podemos decir que ya está resuelto”. Explica que la coordinación con la Jefatura de Gobierno y el Gobierno de México ha sido clave para lograr resultados tangibles. Lo mismo ocurre en materia ambiental, donde cada martes se reúne un gabinete integrado por Profepa, Corena, Medio Ambiente CDMX y el área ambiental de Tlalpan para frenar la tala ilegal. Gracias a esa coordinación, lograron detener la explotación clandestina en San Miguel Topilejo, una de las zonas más sensibles.

Al hablar del futuro, la alcaldesa enumera proyectos que transformarán la dinámica de la región: la primera Utopía de Tlalpan ya está por inaugurarse en Topilejo; el Cablebús avanza en coordinación con los tres niveles de gobierno; los senderos seguros se expanden en puntos estratégicos; y la primera Universidad Rosario Castellanos en la zona de pueblos de montaña está en marcha. A esto se suma un objetivo urbano: que cada tlalpense tenga un espacio público digno a 15 o 20 minutos caminando. La sustentabilidad es un eje transversal, pues Tlalpan es quien recarga acuíferos para buena parte de la ciudad. Por ello se trabajan banquetas ecológicas, captación de agua pluvial y obras pensadas para proteger el entorno.

Cuando se le pregunta por su alta aprobación —que la coloca entre las mejores alcaldesas del país— Osorio responde con cautela: “Da gusto, claro, pero significa más responsabilidad. La confianza se puede perder rápido si no hay resultados”. Reconoce que el día que Sheinbaum habló bien de ella en la mañanera se enteró por mensajes, pero recuerda que el halago es una señal, no un premio. “Están volteando a ver Tlalpan, y eso implica dar todavía mejores resultados”.
Sobre una posible reelección, su postura es sencilla: “Eso lo dirá el pueblo”. Asegura que las encuestas sirven, pero lo que marca el rumbo real son los recorridos, los tequios, las conversaciones directas. Dice que su equipo trabaja 24/7 porque no basta con administrar; el objetivo es transformar, como se prometió en campaña. Y ahí entran los cuatro temas que más le preocupan: agua, seguridad, movilidad y erradicar las violencias contra las mujeres. También confiesa qué le pediría al gobierno central: mayor presupuesto, pues la alcaldía es tan extensa y tan diversa que los recursos operativos siempre resultan pequeños.

La conversación se vuelve más ligera al hablar de la temporada navideña: posadas, inauguraciones de obras, centros comunitarios, bibliotecas y la decoración del centro de Tlalpan, reconocida por el propio sector turístico. Y con el Mundial 2026 en puerta, Osorio ve una oportunidad para posicionar a Tlalpan como cuna del ecoturismo capitalino. “Tenemos cascadas, bosque, gastronomía, pueblos, historia… y somos el ‘Vaticano de la CDMX’ por la cantidad de conventos”, dice entre risas. Desde ahí nace otro proyecto: impulsar el turismo religioso y abrir al público tesoros como las capuchinas diseñadas por Luis Barragán.
Antes de despedirse, comparte dos festivales que serán emblema del próximo año: el Festival Originario —dedicado a la música y cultura de los 11 pueblos de Tlalpan— y el Festival del Caldo Tlalpeño. “Creo que somos la única alcaldía con un platillo que lleva su nombre”, comenta. Ella no lo cocina, pero lo disfruta.

Para entender su peso político basta repasar su trayectoria: inició en 2013 en Morena en defensa de los recursos energéticos; en 2018 fue diputada local y transformó la Comisión de Cultura en la Comisión de Derechos Culturales, garantizando la cultura como un derecho humano; en 2021 compitió por la alcaldía y en 2024 ganó con el 52.72% de los votos. Hoy, a los 35 años, es una de las jóvenes líderes más visibles de la transformación desde lo local.

Avalan su gestión en Tlalpan
El buen momento político de Gabriela Osorio no solo se refleja en las giras, en las audiencias públicas o en la percepción vecinal que describe a lo largo de la conversación. También aparece respaldado en los números. De acuerdo con la encuesta de FactoMétrica y Monitor Capitalino (noviembre 2025), Osorio encabeza el ranking de las 16 alcaldías de la Ciudad de México al obtener 61.7% de opiniones positivas sobre su desempeño, colocándose como la alcaldesa mejor evaluada de toda la capital. El estudio, levantado entre el 26 y el 27 de noviembre con una muestra de mil casos por demarcación y un nivel de confianza del 95%, muestra que Tlalpan supera por algunos puntos a Coyoacán y Cuajimalpa, que ocupan el segundo y tercer lugar, respectivamente.
La medición también destaca que Osorio es la autoridad mejor calificada en materia de combate a la inseguridad, donde nuevamente aparece en primer lugar con 50.1% de respuestas “bien” y “muy bien”, una cifra que coincide con la reducción del 24% en delitos de alto impacto que ella misma detalla en entrevista. Finalmente, en “prestación de servicios públicos” —como alumbrado, parques, recolección de basura o bacheo— Tlalpan se posiciona en el segundo lugar metropolitano con 47.7% de aprobación, solo debajo de Coyoacán.

Estas mediciones no solo confirman el respaldo ciudadano que la alcaldesa menciona al hablar de cercanía territorial; también explican por qué su nombre aparece con frecuencia en conversaciones internas de Morena y por qué la presidenta Claudia Sheinbaum y la jefa de Gobierno, Clara Brugada, han hecho referencias públicas a su desempeño. La encuesta termina de dar forma a un escenario poco común en la política capitalina: una alcaldesa de 35 años liderando los tres indicadores clave de gestión en la Ciudad de México. Y justo por eso —dice Osorio— la vara de exigencia ahora es más alta.

