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“Dos menos, quedan dos”: EE. UU. celebra la caída de Joaquín Guzmán López, hijo del ‘Chapo’

La admisión de culpabilidad marca un nuevo avance en la ofensiva de la administración de Trump para desmantelar al Cártel de Sinaloa

La admisión de Guzmán López representa otra estocada al legado criminal heredado por los hijos de El Chapo
La admisión de Guzmán López representa otra estocada al legado criminal heredado por los hijos de El Chapo (Foto: @illicitinv)

Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán y uno de los líderes de la facción conocida como Los Chapitos, se declaró culpable ante autoridades federales de Estados Unidos por conspiración de tráfico de drogas y operación criminal continua.

El anuncio oficial, realizado este martes, marca un nuevo golpe del Departamento de Justicia en su ofensiva para desmontar al Cártel de Sinaloa, organización a la que Washington cataloga como una amenaza directa a la seguridad nacional.

Un cártel calificado de terrorista

La admisión de culpabilidad se inscribe en la estrategia estadounidense que, desde esta administración, ha intensificado la clasificación del Cártel de Sinaloa como una organización con rasgos terroristas, responsable de expandir la violencia y facilitar la distribución masiva de drogas sintéticas en su territorio.

De acuerdo con el gobierno estadounidense, “Bajo el liderazgo de los Chapitos, el Cártel de Sinaloa ha alimentado la crisis de drogas más mortífera en la historia de nuestra nación”. El expediente detalla que Guzmán López coordinó el traslado de fentanilo, heroína, cocaína, metanfetamina y marihuana hacia Estados Unidos mediante una red logística que incluía vehículos, túneles, aeronaves y embarcaciones.


Además, como parte del acuerdo, reconoció su participación en un secuestro internacional, sobre el cual las autoridades señalaron: El gobierno de Estados Unidos no indujo ni aprobó el secuestro, y Guzmán López no recibirá crédito de cooperación”.

La magnitud del negocio criminal quedó asentada en el propio acuerdo, que incluye un decomiso de 80 millones de dólares. Para Washington, no se trata solo de una estructura criminal, sino de un sistema familiar: “Los Guzmán han hecho un negocio familiar de traficar fentanilo y otras drogas peligrosas”, afirmaron autoridades federales.

Con Ovidio Guzmán ya procesado y Joaquín Guzmán López admitiendo culpabilidad, Estados Unidos mantiene la mira en los dos hermanos restantes, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, ambos prófugos.

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