Un video clasificado de una operación militar estadounidense en el Caribe desató una crisis política y legal que amenaza con poner contra las cuerdas al secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, y abrir una investigación sin precedentes sobre la cadena de mando militar durante la administración de Donald Trump.
Lo que inicialmente fue presentado como un ataque contra presuntos narcotraficantes ha escalado hacia acusaciones de crímenes de guerra, luego de que legisladores que tuvieron acceso al material completo afirmaron que el operativo incluyó un segundo ataque contra dos sobrevivientes que se encontraban flotando en los restos de la embarcación.
La secuencia pública del video muestra una lancha rápida avanzando a gran velocidad en aguas del Caribe hasta que un destello blanco la hace estallar. Sin embargo, en las sesiones clasificadas, el almirante Frank Bradley y el general Dan Caine revelaron que el metraje continúa y exhibe un segundo disparo contra náufragos, una acción que expertos en derecho internacional advierten que podría violar las leyes de la guerra, salvo que exista una amenaza continua.
Hegseth no ha cedido en su postura. “Apoyo totalmente ese ataque. Habría tomado la misma decisión”, afirmó públicamente al defender la operación.
Crimen de guerra en el Caribe
Ante la resistencia del Pentágono a entregar el material completo, el Congreso incorporó una cláusula inusual en su proyecto anual de política de defensa: retener una cuarta parte del presupuesto de viajes de Hegseth hasta que el Departamento entregue las grabaciones sin editar. La exigencia aplica para videos de ataques contra organizaciones designadas como terroristas en la zona del Comando Sur.
El operativo en cuestión ocurrió el 2 de septiembre, fecha en la que murieron los dos sobrevivientes del primer impacto. Para expertos y legisladores demócratas, esto podría constituir un crimen de guerra. Algunos republicanos, en cambio, aseguran que la grabación exculpa a la administración Trump y respalda la decisión militar.
La disputa ha profundizado la polarización partidista. El presidente Donald Trump declaró que no tiene “ningún problema” con difundir el video, aunque Hegseth ha advertido sobre posibles riesgos para las tropas. El presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, Roger Wicker, pidió que todos los miembros del panel puedan ver el material.
Del lado demócrata, la presión es mayor. El representante Adam Smith afirmó que el video “contradice” las versiones ofrecidas hasta ahora por Hegseth y legisladores republicanos. Exigió una investigación exhaustiva que incluya documentos internos, testimonios bajo juramento y una audiencia pública.
Operación militar estadounidense
El operativo antinarcóticos al que pertenece el ataque ha dejado al menos 87 muertos desde septiembre. La administración Trump insiste en que todas las víctimas eran “narco-terroristas”, pero especialistas legales advierten que esa justificación podría ser insuficiente, especialmente cuando se trata de sobrevivientes que podrían no representar una amenaza inmediata.
La presión legislativa, las tensiones dentro del Pentágono y la posibilidad de una investigación formal han colocado a Hegseth en un punto crítico. Su futuro político, y el manejo del caso por parte del gobierno de Trump, podría definirse cuando el video —aún oculto al público— salga finalmente a la luz.