Cancelar una suscripción digital en México debe ser un proceso simple e inmediato. Así lo marca el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, que pone fin a los cobros y renovaciones automáticas sin permiso en plataformas como Netflix, Spotify o Max.
La reforma, aprobada por unanimidad en el Senado, busca dar más claridad a los usuarios y proteger especialmente a quienes suelen ser más vulnerables ante cargos no autorizados, como niñas, niños, adultos mayores o personas enfermas.
El decreto modifica el artículo 76 Bis de la Ley Federal de Protección al Consumidor y añade las fracciones VIII y IX. En ellas se establece que los proveedores deberán informar de manera clara si el servicio contratado tiene cobros automáticos, detallando la periodicidad, el monto y la fecha exacta en que se realizará el cargo.
Si el servicio incluye una renovación automática, la plataforma tendrá que avisar al usuario con al menos cinco días naturales de anticipación para que pueda cancelar sin penalización. Además, la ley obliga a implementar mecanismos que permitan dar de baja la suscripción de forma inmediata, sin procesos escondidos, pasos innecesarios o intentos de retener al usuario.
La entrada en vigor de esta reforma llega en un contexto global donde cada vez más países exigen a las plataformas simplificar los procesos de cancelación.
En Estados Unidos, por ejemplo, la Comisión Federal de Comercio estableció en 2024 la regla conocida como “Click-to-Cancel”, que obliga a ofrecer una salida rápida y directa. Ese mismo año, Amazon pagó 2,500 millones de dólares tras ser señalada por complicar intencionalmente la baja de su servicio Prime y por prácticas de inscripción consideradas ilegales.
En México, la Profeco podrá imponer sanciones de hasta 3 millones de pesos a cualquier empresa que insista en renovar sin consentimiento, que retrase la cancelación o que penalice a los usuarios por ejercer su derecho a darse de baja. La instrucción es clara: a partir de ahora, cancelar debe ser tan sencillo como suscribirse.

