La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) notificó este 16 de diciembre de 2025 una sentencia histórica en la que responsabilizó a militares por el abuso sexual, tortura y muerte de Ernestina Ascencio Rosario, mujer indígena náhuatl de 73 años, así como por la falta de acceso a la justicia para sus familiares.
El fallo actualiza y cierra un proceso iniciado hace casi 18 años, marcado por investigaciones inconclusas, versiones oficiales contradictorias y señalamientos de impunidad.
El inicio del caso y los hechos de 2007
De acuerdo con lo acreditado por la Corte, los hechos ocurrieron entre el 25 y 26 de febrero de 2007 en la comunidad de Tetlalzinga, en la Sierra de Zongolica, Veracruz. Ernestina Ascencio Rosario fue abusada sexualmente por miembros del Ejército mexicano, quienes mantenían un campamento cercano como parte de las operaciones de seguridad desplegadas desde 2006.
La Corte determinó que esta agresión constituyó tortura, al haber sido intencional y causarle graves sufrimientos físicos y psicológicos. Tras la agresión, Ernestina fue trasladada por sus familiares durante aproximadamente 10 horas en busca de atención médica.
Finalmente ingresó al Hospital Regional de Río Blanco, donde falleció la madrugada del 26 de febrero, antes de ser intervenida quirúrgicamente. El Tribunal subrayó que el hospital no contaba con intérpretes de náhuatl, lo que impidió una adecuada comunicación médica.
La sentencia también concluye que las investigaciones realizadas en 2007 —tanto en el ámbito civil como militar— no cumplieron con la debida diligencia reforzada, fueron cerradas de manera prematura y estuvieron influidas por estereotipos de género, edad y origen indígena, replicados incluso por altas autoridades, lo que contribuyó en el fallecimiento de la víctima.
Como reparación, la Corte ordenó reabrir la investigación penal, atender integralmente a los familiares y adoptar medidas estructurales para evitar la repetición de hechos similares en el futuro.

