A pesar de que las remesas enviadas por migrantes mexicanos desde Estados Unidos alcanzaron los 5,214 millones de dólares en septiembre de 2025, una contracción anual de 2.7% según Banco de México, su impacto como sostén de millones de hogares en el país sigue siendo innegable. Sin embargo, detrás de estas cifras se oculta una creciente problemática: el riesgo de fraude y pérdida económica al intentar convertir ese dinero en bienes o apoyos tangibles para las familias en México.
Uno de los principales desafíos es la informalidad con la que muchos migrantes operan al enviar artículos o realizar compras desde Estados Unidos. La falta de canales formales, sumada al deseo de ahorrar costos en envíos, ha creado un entorno fértil para fraudes, sobrecargos y pérdida total de su dinero o producto.
Alejandro García del Bosque, CEO de la plataforma MandaFacil, advierte que “la barrera más grande que enfrentan nuestros migrantes no es el costo del producto, sino el riesgo de la informalidad y las estafas”.

Mecanismos confiables de envío
Casos frecuentes incluyen la desaparición de productos enviados por vías no oficiales, cobros inesperados al momento de la entrega, o el engaño directo mediante supuestos servicios de paquetería que nunca concretan los envíos. En muchos casos, los afectados no tienen recursos legales para reclamar debido a la ausencia de comprobantes formales o facturación.
Para evitar estos fraudes, García del Bosque recomienda aplicar una regla de oro: “siempre exigir factura, seguro y evitar pagos a cuentas personales. Si se piden depósitos por ‘aduana’ vía WhatsApp o llamadas, debe verificarse primero con la paquetería oficial. Sin guía de rastreo o ingreso aduanal oficial, el riesgo es total”.
Además del costo emocional y económico que implican estas pérdidas, se suma el hecho de que muchos migrantes tienen acceso a líneas de crédito más accesibles y favorables que las existentes en México. Sin embargo, al intentar aprovechar su poder adquisitivo mediante compras transfronterizas, se exponen a estos peligros si no se cuenta con mecanismos confiables.

En este contexto, plataformas como MandaFacil proponen un modelo disruptivo: permitir que los migrantes paguen desde Estados Unidos en dólares, pero que la compra se realice directamente con retailers mexicanos. Esto elimina por completo el riesgo de envíos físicos y aduanas, al tratarse de una compra realizada y entregada dentro de México, con garantía nacional y respaldo financiero binacional.
“Nuestra misión es brindar certeza y educar sobre finanzas transfronterizas. No somos una paquetería, somos un puente de confianza entre el migrante y los comercios seguros en México”, subrayó el CEO.
Evitar pérdidas, fraudes y abusos no solo preserva el esfuerzo de quienes trabajan en el extranjero, también protege el bienestar de quienes dependen de ese ingreso para subsistir.

