La UNAM decidió meter mano dura en lo que por años fue una zona gris dentro de sus planteles: la venta de comida chatarra. A partir de una nueva guía obligatoria, las cafeterías y concesionarios de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH)deberán retirar productos ultraprocesados con sellos de advertencia, reducir azúcares, grasas y sodio, y someterse a controles sanitarios más estrictos.
La medida busca frenar riesgos a la salud de miles de estudiantes, pero también abre un frente de tensión con proveedores y concesionarios que, de no cumplir, podrían perder su espacio dentro de la universidad.
La universidad publicó una nueva Guía Técnica Alimentaria y Nutrimental los criterios obligatorios para la preparación, distribución, venta de alimentos y bebidas en las preparatorias y los CCH’s, con el objetivo de promover una alimentación saludable y prevenir la malnutrición entre estudiantes de bachillerato.
Seguridad alimentaria y control institucional en planteles
De acuerdo con el documento emitido por la Comisión de Seguimiento de Operación de las Concesiones para la Prestación del Servicio de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas (COSOC), la normativa entra en vigor a partir de su publicación en la Gaceta UNAM y será de cumplimiento obligatorio para cafeterías, barras de alimentos, módulos y establecimientos concesionados dentro de los planteles.
La guía prioriza el consumo de alimentos frescos, mínimamente procesados y culturalmente pertinentes, al tiempo que establece la exclusión gradual de productos ultraprocesados y de alimentos preenvasados que cuenten con sellos o leyendas precautorias del sistema de etiquetado frontal de advertencia.
¿Qué alimentos están prohibidos en la UNAM?
Entre los principales lineamientos se encuentra la prohibición de vender bebidas azucaradas, botanas fritas, alimentos con exceso de sodio, grasas saturadas o azúcares añadidos, así como la restricción de publicidad de productos con bajo valor nutricional dentro de los espacios escolares.
La UNAM detalló que la oferta alimentaria deberá alinearse con criterios nutrimentales basados en evidencia científica, respetando límites máximos de grasas, azúcares y sodio, además de cumplir con estrictas normas de higiene y seguridad alimentaria, conforme a la NOM-251-SSA1-2009.
Asimismo, la guía incorpora un enfoque de consumo sustentable, que promueve la reducción de residuos, el uso de utensilios reutilizables o compostables y la preferencia por alimentos locales y de temporada, en concordancia con la agenda universitaria de sustentabilidad.
Supervisión, sanciones y pérdida de concesiones
La implementación del nuevo esquema se realizará de manera progresiva entre 2026 y 2027, e incluirá campañas de sensibilización, capacitación a concesionarios, diagnósticos de la oferta actual y mecanismos de verificación para asegurar el cumplimiento de los lineamientos.
Con estas medidas, la UNAM busca fortalecer entornos escolares más seguros y saludables, garantizando el derecho a una alimentación adecuada para más de un millón de estudiantes que integran su sistema de bachillerato.