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Los peores errores en la posada de la empresa que pueden perseguirte todo el año

La posada laboral parece inofensiva, pero un mal trago, un comentario de más o una foto indebida pueden marcar tu reputación todo el año

Posada en la oficina
Posada en la oficina Excederse con el alcohol sigue siendo el error número uno

La posada de la empresa suele sentirse como tierra sin ley: música, barra libre, jefes relajados y compañeros fuera del horario laboral. El problema es que no deja de ser un evento de trabajo, y lo que ahí pasa —aunque parezca broma— puede convertirse en tu cruz durante meses. Estos son los errores más comunes que muchos cometen y luego pagan caro en juntas, evaluaciones o incluso despidos.

Tomar como si no hubiera mañana

El clásico. Excederse con el alcohol sigue siendo el error número uno. Hablar de más, perder el control, discutir o terminar siendoel protagonista incómodo” es una etiqueta difícil de quitar. La memoria colectiva de la oficina es más fuerte que cualquier cruda moral.

Decir lo que normalmente te guardas

La posada no es terapia grupal. Sacar rencores, reclamar ascensos, criticar al jefe o “decir verdades” bajo el pretexto del ambiente festivo suele tener consecuencias. Lo que se dice con copas encima también se recuerda en sobriedad.

Esta es la tendencia que se antepone a las posadas
Esta es la tendencia que se antepone a las posadas Pexels

Ligar donde no se debe

Coquetear no es delito, pero cruzar líneas sí. Insinuaciones incómodas, besos mal calculados o romances improvisados pueden derivar en chismes, conflictos internos o incluso denuncias formales. No todo el mundo está en el mismo modo.


Subir fotos y videos sin filtro

Historias, reels y fotos fuera de contexto pueden convertirse en prueba permanente. Un video bailando sobre la mesa o haciendo bromas pesadas puede parecer gracioso… hasta que llega a Recursos Humanos o a un cliente.

Confundir cercanía con confianza

Que el jefe esté bailando no significa que ahora sean cuates. Bromas pesadas, apodos o excesos de confianza suelen romper jerarquías que el lunes regresan intactas. Y a veces con factura incluida.

Faltar al respeto “en broma”

Chistes sobre política, religión, apariencia física o vida personal rara vez envejecen bien. Lo que alguien tolera esa noche puede convertirse después en una queja formal.

Olvidar que es un evento laboral

Aunque sea fuera de la oficina y en horario nocturno, sigue siendo un evento de trabajo. Conductas inapropiadas, peleas o escándalos no se borran porque haya intercambio de regalos.

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