A menos de dos semanas de las fiestas de fin de año, la urgencia por “bajar de prisa” para llegar con menos kilos a las posadas y cenas navideñas está impulsando el uso descontrolado de semaglutida, principio activo de medicamentos como Ozempic y Wegovy.
En redes sociales como TikTok e Instagram, miles de videos la presentan como un atajo para perder peso en poco tiempo, sin advertencias claras sobre sus efectos adversos ni sobre la necesidad de una valoración médica previa.
Un análisis publicado en la revista Naunyn‑Schmiedeberg’s Archives of Pharmacology, que evaluó contenido de alto alcance en plataformas como TikTok, Instagram, Facebook, X y YouTube, documentó que más de la mitad de las publicaciones sobre semaglutida no menciona ningún riesgo asociado a su uso.
Esto ocurre a pesar de que los ensayos clínicos han reportado efectos adversos gastrointestinales en una proporción significativa de los pacientes tratados, con síntomas como náusea, vómito, dolor abdominal y diarrea, entre otros malestares que requieren seguimiento médico.
Para el cirujano bariátrico y metabólico José Antonio Castañeda, con más de dos décadas de experiencia, el contexto de fin de año amplifica un problema que ya venía creciendo.
“En estas semanas vemos un aumento claro de personas que quieren bajar de peso rápido para las fiestas. El problema es que muchas llegan con una expectativa creada por redes sociales, donde la semaglutida se muestra como un recurso estético y sin consecuencias, cuando en realidad es un medicamento que actúa sobre el metabolismo y requiere criterios clínicos muy precisos”, advierte.
Automedicación y dosis inadecuadas
El especialista subraya que la prisa por ver resultados puede traducirse en decisiones riesgosas: uso sin valoración médica, sin estudios previos y sin seguimiento.
“Cuando alguien inicia un tratamiento sin acompañamiento, se expone a usar dosis inadecuadas o a suspenderlo de forma abrupta. Esto no solo compromete la salud, sino que con frecuencia termina en reganancia de peso semanas después”, explicó a este medio.
Desde su consulta, Castañeda observa cómo la presión estacional se convierte en consultas tardías: pacientes que llegan después de haber seguido recomendaciones tomadas de videos breves que prometen cambios rápidos y sin contexto clínico.
<i>La pérdida de peso sostenible no se logra en dos semanas ni debería plantearse como una meta de temporada, sino como un proceso orientado a mejorar la calidad de vida</i>
— José Antonio Castañeda
Venta ilegal y productos falsificados
A los riesgos de la automedicación se suma la proliferación de canales de venta informal que ofrecen plumas de semaglutida sin receta, en redes sociales y plataformas digitales. Autoridades regulatorias internacionales han emitido advertencias sobre la comercialización de productos falsificados, algunos de los cuales no contienen el principio activo declarado o incluyen sustancias distintas, sin ningún control sanitario.
Este tipo de productos, señalan expertos, puede exponer a las personas a reacciones inesperadas, falta de efectividad, descompensaciones metabólicas y complicaciones que requieren atención de urgencia, además de alimentar un mercado ilegal que se aprovecha de la demanda de soluciones rápidas para bajar de peso.
Semaglutida: herramienta médica, no recurso estético de temporada
Frente a esta tendencia, Castañeda insiste en la importancia de cambiar el enfoque: “La semaglutida puede ser una herramienta válida para ciertos pacientes, pero no es un recurso para ‘llegar bien’ a una fiesta. La salud no depende del calendario ni de un trend. Depende de una evaluación médica individual, de objetivos realistas y de un proceso acompañado”, sostiene.
De cara a las celebraciones de fin de año, especialistas en metabolismo y obesidad llama a no dejarse llevar por promesas de cambios inmediatos ni por tendencias virales que presentan la semaglutida como “inyección milagro”.
La recomendación es clara: cualquier tratamiento farmacológico para bajar de peso debe ser indicado y supervisado por personal de salud, con estudios previos, ajustes de dosis y seguimiento periódico. De lo contrario, el intento de adelgazar “a la carrera” para las fiestas puede terminar en efectos adversos, problemas de salud y frustración por la reganancia de peso.