Desde la adolescencia, Carlos Manzo tenía claro que su destino estaba ligado a la política nacional. Así lo reveló Carlos Alejandro Bautista, legislador del Movimiento del Sombrero y amigo cercano del exalcalde de Uruapan, en declaraciones a la periodista Azucena Uresti, al señalar que Manzo expresaba desde los 15 años su aspiración de convertirse en Presidente de la República.
Más allá del cargo al que aspiraba, su visión política se fue construyendo a partir de una intensa labor social y la convicción de que el poder no debía depender únicamente de los recursos económicos, sino surgir desde la gente y el tejido social.
El surgimiento del Movimiento del Sombrero
De acuerdo con Bautista, el deseo presidencial de Manzo no fue una ocurrencia tardía, sino una meta de vida definida desde la adolescencia. “Carlos Manzo desde que tenía 15 años… siempre me mencionaba que quería ser presidente de la República”, relató.
Paralelamente, se involucró en la gestión social, estableciendo vínculos con empresarios para conseguir recursos destinados a emergencias, como helicópteros para apagar incendios o realizar traslados médicos urgentes.
El punto de inflexión llegó en 2017, tras un intento de secuestro sufrido por el propio Bautista, hecho que detonó la consolidación del Movimiento del Sombrero. En ese contexto, Manzo formuló una idea que marcaría su postura frente a la inseguridad.
“Tú no eras el que debía andar corriendo, que los que deberían de correr deberían ser los malosos”, mencionó. Para él, el poder económico era insuficiente sin una base de poder social: “Si no tenía poder social, tarde o temprano los delincuentes me iban a hacer daño”.
La trayectoria política del movimiento pasó de intentos independientes a alianzas estratégicas. Tras competir sin éxito en 2018, Manzo llegó al Congreso en 2021 y, en 2024, obtuvo un triunfo contundente en Uruapan, acompañado de victorias legislativas históricas.