El peso mexicano inicia la última semana del año con una cotización cercana a 17.89 pesos por dólar, en un entorno marcado por baja liquidez y menor profundidad de mercado debido a cierres parciales y a la reducción de flujos típicos del periodo vacacional de fin de año. En este contexto, el tipo de cambio tiende a reaccionar más a titulares y ajustes de posicionamiento que a cambios estructurales en los fundamentos.
Mercado en modo festivo limita la direccionalidad del tipo de cambio
Información de Felipe Mendoza, CEO IMB Capital Quants indica que durante esta semana, el sesgo intradía del peso apunta a rangos cortos y movimientos técnicos, salvo que surja un evento inesperado de carácter geopolítico o una señal disruptiva en torno al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). La ausencia de volumen amplifica la sensibilidad del mercado ante cualquier cambio en la narrativa, aun cuando no esté respaldado por datos duros.
Ruido político y comercial mantiene cautela entre inversionistas
El telón de fondo continúa dominado por factores políticos y comerciales. En el plano interno, la discusión sobre la reforma electoral impulsada por Claudia Sheinbaum y las fricciones políticas asociadas generan ruido institucional, lo que mantiene una postura de cautela entre los participantes del mercado.
En paralelo, el T-MEC vuelve al centro del debate, luego de que se destacara que una proporción elevada de las exportaciones mexicanas continúa operando sin aranceles bajo el acuerdo. Este mensaje refuerza la relevancia de preservar el marco comercial como pilar del crecimiento hacia 2026, aunque también subraya que cualquier amenaza de renegociación o confrontación retórica podría reactivar episodios de volatilidad cambiaria.
Sector energético añade presión a la lectura macroeconómica
A estos factores se suma el frente energético, donde las exportaciones petroleras mexicanas muestran debilidad, con un desplome del componente petrolero que vuelve más sensible la evaluación de la balanza externa y las finanzas públicas. No obstante, el peso mantiene cierto soporte estructural gracias a un diferencial de tasas atractivo y a la profundidad del mercado local para flujos tácticos y de carry trade.
Relación con Estados Unidos y geopolítica global en el radar
La narrativa de pragmatismo frente a las presiones de Estados Unidos resulta clave. Si el mercado percibe coordinación y gestión de riesgos en temas como migración, seguridad y comercio, el peso podría conservar su atractivo como moneda de carry. En contraste, un escenario de choque frontal abriría espacios para depreciaciones rápidas, especialmente en un entorno de bajo volumen.
En el ámbito internacional, eventos como el ataque anunciado por Estados Unidos contra campamentos del ISIS en Nigeria no impactan directamente al peso, pero sí pueden elevar la aversión global al riesgo si escalan o afectan los precios del petróleo y el apetito por activos emergentes.
Agenda económica de la semana y perspectivas de corto plazo
Para la sesión actual, el escenario base apunta a un peso estable con oscilaciones técnicas, mientras el mercado evalúa la agenda de la semana: el martes se publicará la balanza fiscal de noviembre, el miércoles se conocerán las posiciones netas especulativas de la CFTC, y hacia el cierre se difundirá el PMI manufacturero de diciembre.
Más allá de los datos individuales, lo que podría mover la aguja es la confirmación de un entorno de crecimiento moderado con inflación controlada, una combinación que continúa respaldando la demanda por el peso como instrumento táctico, incluso en un cierre de año caracterizado por bajo volumen.
