La Secretaría de Salud (Ssa) reconoció que la anulación de la compra consolidada de medicamentos para 2025 provocó problemas de desabasto en el sistema público, además de evidenciar errores en la planeación y falta de información confiable, particularmente en IMSS-Bienestar.
El reconocimiento fue hecho por Eduardo Clark, subsecretario de Integración Sectorial y Coordinación de Servicios de Atención Médica en entrevista para La Jornada, quien calificó la cancelación del proceso como “lo más duro” que ha enfrentado la dependencia en materia de abasto.
Anulación de la compra y errores en la planeación
De acuerdo con el funcionario, la primera compra consolidada de medicamentos fue anulada en su totalidad, lo que obligó a reiniciar el proceso de contratación y afectó la disponibilidad de insumos médicos durante 2025.
Clark admitió que hubo fallas en la planeación y evaluación técnica, así como problemas en el diseño del proceso, lo que derivó en irregularidades que impidieron continuar con la licitación original.
“El abasto de medicamentos es una demanda ciudadana que todavía no cumplimos al 100 por ciento”, reconoció el subsecretario, aunque aseguró que la situación ha comenzado a mejorar tras la reactivación de las compras.
IMSS-Bienestar y falta de digitalización, el mayor reto
Uno de los principales problemas, según la Secretaría de Salud, se concentra en IMSS-Bienestar, donde durante meses no existía información clara sobre cuántos medicamentos había ni cuáles se entregaban a los pacientes.
“Hace un año estábamos ciegos”, reconoció Clark, al señalar que la falta de digitalización del sistema de abasto complicó la toma de decisiones y la distribución eficiente de medicinas.
Actualmente, la dependencia asegura que se trabaja en mejorar los sistemas de información y digitalizar los procesos, con el objetivo de tener un control más preciso del inventario, las compras y la entrega de medicamentos en todo el país.
La Secretaría de Salud sostiene que, aunque el impacto del desabasto fue real tras la anulación de la compra consolidada, la mayoría de los medicamentos ya han sido adquiridos y el reto ahora es garantizar su correcta distribución, especialmente en las unidades de IMSS-Bienestar.
