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¡Cuidado! Restaurantes, el último refugio de los "carteristas"

En vías de extinción, los carteristas que aplican la “técnica del dos de bastos” se niegan a desaparecer, y como último recurso se trasladaron a los restaurantes y bares, en donde aprovechan la distracción de los clientes y comensales.

Ya no sustraen el dinero de los sacos, chaquetas o bolsas mientras la gente las trae puestas, sino de las prendas colgadas en los percheros.

Este tipo de robos todavía se registran en la zona de Polanco-Lomas, de la delegación  Miguel Hidalgo.
Desde una mesa contigua, los asaltantes jalan el perchero con un gancho o con el pie, sacan las carteras y se van al baño a vaciarlas. Luego, si tienen oportunidad, la regresan.

Y aunque este tipo de delitos poco a poco desaparece, aún se registran denuncias en el Ministerio Público del DF.

“Yo creo que para el delincuente es más fácil el asalto con violencia que hacerlo con este grado de dificultad. No quiero decir que es un arte, pero sí es muy difícil llevarlo a cabo. Te implica estudio, una precisión para que mientras una persona la distrae, la otra ejecuta, roba la cartera o la bolsa. Ése es el grado de precisión que tienen ellos, por eso no es muy común”, aseguró Miguel Espejel, fiscal  de la PGJDF desconcentrado de la delegación Miguel Hidalgo.

Aunque tal ilícito no es muy común, tan sólo en la demarcación referida, el año pasado se registraron 72 denuncias de este tipo de robo, mientras que en lo que va de 2012 se han recibido 39 casos.
De acuerdo con Espejel, el robo de cartera en estos locales se tiene controlado.

“No tenemos cifras alarmantes de que esto haya aumentado. Por lo general, el delito se da con violencia. Este tipo de delitos que se han dado por fortuna se han resuelto. Generalmente se dan en centros comerciales, en restaurantes, en cafés y afortunadamente estas instituciones tienen cámaras de video, lo cual nos ha ayudado bastante para solucionar algunos asuntos”, aseguró el fiscal.

El robo de carteras en restaurantes, cafeterías y centros comerciales suele ser denunciado sólo cuando el monto de lo sustraído es considerado alto o cuando las tarjetas de crédito o débito registran cobros o cargos que los titulares no realizaron.

Dos de bastos

Se conoce como dos de bastos a la modalidad de robo a transeúnte sin violencia y sin que el afectado se percate del asalto.

• El delincuente . Se acerca y con la ayuda de un cómplice que distrae a la víctima, éste sustrae la cartera o monedero.

• Los lugares. Los asaltantes prefieren lugares como tiendas departamentales, donde los clientes están distraídos, el transporte urbano y el metro.

• Sofisticación. Quienes se especializan en restaurantes y cafeterías prefieren corredores como Masaryk, Lomas y Polando donde en cada golpe pueden llegar a robar cerca de tres mil pesos en efectivo más tarjetas de crédito.

Análisis

Modos ingeniosos  de asalto: Miguel Espejel, fiscal desconcentrado de la delegación Miguel Hidalgo

De la vieja escuela de Chucho el Roto, el dos de bastos, que es el robo sin violencia. Un modus operandi es que vas caminando en la calle y con el pretexto de que te avientan el café, o una gotita de salsa de un chicharrón, te dicen “perdón, perdón le manché” y con ese movimiento y acercamiento es suficiente para que te saquen la cartera, plumas.

O se da el caso de que tienen un cómplice que aprovecha la distracción para sacar la cartera y objetos de valor de la bolsa de mano.

Al parecer son bandas organizadas. Difícilmente se da el delincuente solitario. Generalmente son dos o tres personas. Una la distrae y otra se le junta y hace el movimiento. Mientras una persona echa la salsa o el café, la otra saca la cartera.

En el caso de robo a casa-habitación se da el caso de que por descuido se dejan las llaves de la casa en el coche y el valet parking se aprovecha para sacar copias y si hay un documento que revele el domicilio, es un caldo de cultivo para el robo.

Un modus operandi chusco es el de aquellos que con el pretexto de llevar un regalo, ya sea un pastel o flores, tocan a la puerta, la víctima abre y en ese momento aprovechan para ingresar y robar. Este tipo de asalto puede ser con o sin violencia.

Las penas para este tipo de delitos van entre los 5 y 12 años de cárcel en caso de se encontrados culpables.

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