Nadia Murad Basee Taha tiene 21 años, es originaria de Kocho, una pequeña localidad situada a unos 15 kilómetros al sur de la ciudad de Sinjar, Irak. Es estudiante, Historia es su materia favorita y ser maestra, uno de sus deseos.
Aparentemente el perfil de Nadia parece ser el de una chica como otra en el mundo, sin embargo la vida cambió para ella en 2014 cuando combatientes del Estado Islámico de Irak y al Sham (ISIS) decidieron atentar contra su comunidad. A decir de la joven, no tenía idea de quienes eran los miembros del EI, que es lo que hacían o como operaban hasta que comenzaron a posicionarse en todos lados, todo el tiempo en Kocho.
De acuerdo a Time.com, fue durante un reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, donde Nadia compartió la desgarradora situación a la que se enfrentó y como es que escapó de sus captores.
El 15 de agosto del 2014 los miembros de ISIS – algunos enmascarados, hablando diferentes idiomas- llevaron a la población de Kocho, a escuela de la zona, ahí separaron mujeres y hombres para terminar con la vida de 312 de ellos, entre los que se encontraban hermanos de Nadia.
Testigo y después víctima, la joven de 21 años fue capturada y trasladada a un edificio en Mosul donde había miles de familias yazidíes con niños, quienes eran intercambiados como regalos.
“Uno de ellos vino hacia mí, quería tomarme. Miré hacia el suelo, estaba totalmente petrificada. Cuando levanté la mirada, vi a un sujeto enorme que parecía un monstruo (…) yo lloraba. Le decía ‘soy muy joven y usted es muy grande’. Me golpeó y me pateó… y minutos después, otro sujeto vino hacia mí y yo seguía mirando al piso (…) él metió en una habitación con los guardias y luego ellos cometieron su crimen hasta que me desmayé ”, rescató Time durante la reunión de miembros de la ONU.
“Las violaciones fueron llevadas a cabo para destruir a las mujeres y a las niñas y garantizar que nunca lleguen a vivir una vida normal de nuevo […] El Estado Islámico convirtió a las mujeres yazidíes en carne para la trata”, contó Murad Basee Taha al Consejo de Seguridad
Además de lo que Nadia tuvo que enfrentar, contó que durante su secuestro escuchó historias de mujeres que saltaban de los puentes del edificio, que se cortaban las venas y de más intentos por quitarse la vida. Ella atestiguó parte de estas evidencias al permanecer en un cuarto con manchas de manos ensangrentadas en la pared, de alguien que estuvo ahí antes. Nadia nunca pensó en el suicidio pero ella quería que los miembros de ISIS la mataran.
Una salida
Fue el mes de noviembre, luego de que la joven se percató de un silencio inusual por parte de sus captores- ausentes, dormidos y en la cocina-, tomó un par de tenis que tenía ocultos en un clóset y salió corriendo entre los arbustos secos. Nadia no dudó en escapar de esa pesadilla a pesar de que la muerte era lo que le esperaba si era descubierta.
Durante el tiempo que Murad Basee Taha permaneció cautiva descubrió que miembros de ISIS someten a mujeres como esclavas o sujetos de trata.
“Estos crímenes no fueron cometidos de manera arbitraria, se trató de una política organizada y planeada. El Estado Islámico llegó con un solo objetivo: destruir la identidad yazidí”, señaló.
Ahora Nadia vive como refugiada en Alemania sin saber del paradero de su madre. Tras su declaratoria ante la ONU pidió que se encarguen del Estado Islámico por completo.
Frase
Aunque en la cultura de Nadia no se acostumbra celebrar la Navidad, deseo que para esta festividad se ayude a la gente que está sufriendo como ellos.
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