La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) adquirió cámaras de video en casco táctico para que militares graben las operaciones contra la delincuencia organizada y otras misiones, publicó Milenio.
Esta decisión fue tomada a partir de la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), por el caso Tlatlaya, en la que murieron 22 presuntos delincuentes.
El propósito, de acuerdo con el numeral 18E del Manual de Uso de la Fuerza, de aplicación para las Fuerzas Armadas, es documentar incidentes e interacciones con la población civil.
La Sedena solicitó a la de Hacienda 50 millones 664 mil pesos para la compra de 2 mil 245 equipos de cámara de video para montar en casco; 2 mil 245 de megáfono con auricular; 2 mil 245 de GPS y 2 mil 245 de linterna para casco Surefire HL 1B-TN.
La fecha de inicio de la inversión fue de diciembre de 2014 a diciembre de 2015. Los beneficios esperados son que las tropas de las unidades operativos puedan “proporcionar seguridad a la población en general en el lugar donde se encuentren con equipo adecuado”.
Desde principios de 2015, soldados han comenzado a grabar operaciones contra la delincuencia organizada y el narcotráfico. Por el momento, sólo un oficial, teniente por lo general, es quien lleva el aparato.
Además del equipo técnico, se capacitó a los militares en materia de derechos humano y uso de la fuerza.
