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Venezuela amenaza con estallar

“Venezolanos, vengan a Caracas. Marcharemos al Ministerio. Los derechos no se negocian”, insistió ayer Leopoldo López vía Twitter, escribiendo desde una aparente clandestinidad.

“Vayamos todos de blanco, hasta un punto. Luego yo caminaré solo. No pondré en riesgo la vida de ningún venezolano. ¡Fuerza, Venezuela!”, añadió el líder opositor radical, quien planea entregarse en el Ministerio de Interior acompañado de una multitudinaria marcha que vestirá de blanco.

El coordinador de Voluntad Popular (VP), empeñado en convertirse en una versión criolla de Nelson Mandela, ha hecho oídos sordos a la prohibición decretada por el presidente Nicolás Maduro y a la contramarcha programada por el chavismo a la misma hora. Venezuela vive, una vez más, horas de tensión máxima.

El oficialismo acusa a López de una retahíla de delitos relacionados con los sangrientos sucesos del 12F: terrorismo, homicidio, instigación a delinquir… En cambio, documentos audiovisuales de aquel día confirman que el ex alcalde de Chacao aconsejó a los jóvenes que volvieran a sus casa una vez finalizada la marcha pacífica. Minutos más tarde se desencadenó una batalla campal, que incluyó la muerte de dos personas. Otro joven murió baleado horas después. Testigos, fotografías y videos confirman que fueron oficialistas, tanto agentes como paramilitares, quienes dispararon a los manifestantes.

Fuerzas policiales y servicios de inteligencia se lanzaron ayer a la búsqueda de López en una carrera contrarreloj llena de brutalidad. La primera víctima fue la sede de su partido, asaltada en dos ocasiones. Pistolas en mano, derribando puertas, amenazando a los presentes, un grupo armado, al parecer paramilitares oficialistas, quiso detener a Carlos Vecchio, mano derecha de López, a primera hora de la tarde.

Veinte minutos después aparecieron “funcionarios de contrainteligencia, quienes detuvieron a un concejal y se llevaron computadoras, cámaras y servidores”, explicó Johan Merchán, uno de sus dirigentes. Fuerzas de la Guardia Nacional golpearon a la diputada María Corina Machado, quien pretendía entrar al edificio. Otros parlamentarios opositores se unieron a la resistencia, mientras cientos de personas se concentraban en el exterior.

El chavismo insiste en la confrontación para resolver una crisis que ni siquiera reconoce. Un escenario en el que se mueve con la agilidad que otorgan 15 años de entrenamiento. La voz cantante la llevó ayer el gobernador militar José Ameliach, uno de los más poderosos del país: “Unidades de Batalla Hugo Chávez, a prepararse para el contraataque fulminante. Diosdado (Cabello) dará la orden”.
 

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