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Andrés Sanchez Tapia viajaba en su camioneta cargado de víveres para su familia. Venía procedente de Tamaulipas y llegaría a Nuevo León para encontrarse con ellos; una confusión lo llevó a tomar la carretera equivocada y su historia cambió. Al llegar muy cerca del Aeropuerto Internacional de Monterrey, sujetos armados lo abordaron, su aspecto no era el de un criminal y por eso, Andrés aceptó contestar algunas preguntas que los criminales le hacían. De entre sus ropas los ladrones sacaron un par de pistolas y lo sometieron. Les interesaba robarle toda la carga que llevaba en su camioneta. Los pistoleros le colocaron unas esposas y lo subieron al lugar del copiloto de su propia camioneta. Otro criminal los seguiría entonces en una camioneta estaquitas.
Andrés pensó que serían sus últimos días y por eso tomó la decisión más difícil de su vida. Aún esposado logró darle un «Volantazo» a la camioneta la cual se descontroló y terminó volcada.
Acción que fue aprovechada por Sánchez Tapia para huir de sus captores y pedir auxilio.
A unos metros de la camioneta quedó tirada una pistola que utilizaban los bandidos.
Andrés fue entonces interrogado por las autoridades después de que llegaran a prestarle auxilio. No presenta ninguna lesión y aunque no podrá cumplir su cometido asegura que hoy volvió a nacer y espera pronto recuperarse de esta experiencia que vivió. De los asaltantes solo se sabe, lograron huir a bordo de la camioneta estaquitas blanca que los escoltaba… La Policía Ministerial trata de ubicar cámaras para establecer la identidad de los criminales.
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