Los retos de Tik Tik o de cualquier otra red social, en los que participan adolescentes, que a veces ponen en peligro su vida, no son más que una necesidad urgente de “pertenecer”.
En el último año ha sido constante la divulgación de desafíos a través de redes sociales en las que participan, más que nada, jovencitos de secundaria. Lo que llama la atención es que estos “challenge” son cada vez más riesgosos y podrían derivar en un accidente mortal.
“Hace unos 10 ó 12 años lo máximo que veíamos en redes sociales eran los retos, por ejemplo, de consumir canela en polvo. El que podía contener la respiración y tragarla sin toser, ganaba. En cierto modo, era una competencia mucho más benévola, hoy vemos que los adolescentes prácticamente juegan con su vida”, expresó la trabajadora social Sonia Martínez.
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La especialista indicó que todo deriva del deseo de “pertenecer”.
“Hay una condicionante: si pasas el reto, puedes entrar al grupo en el que está el más popular, la más guapa y el que tiene más y mejores videojuegos”, señaló, “siempre hay una condición, siempre hay algo que deben hacer para ingresar”.
Esta situación, indicó Martínez, tiene mucho qué ver con la desatención de los padres.
“Evidentemente, cuando no tenemos una base familiar sólida, que nos haga sentir fuertes, protegidos, vamos a buscar fuera de casa esa sensación de que somos acogidos por un grupo al que le interesamos”, añadió.
La también psicóloga consideró que debería existir una regulación de contenido en las redes sociales para evitar que los desafíos como “El que se duerme al último, gana”, no sean visibles para los chicos.
“Creo que tendríamos que ver muchos aspectos. El primero, que exista una regulación de contenido en las redes, pero eso se antoja bastante difícil. Ahora todo mundo tiene acceso a cualquier tipo de temas ya sea en Tik Tok, en Twitter, en Facebook…
“Otra opción es una severa vigilancia de los padres. Que supervisen qué clase de contenido están viendo sus hijos, pero también es difícil controlarlos cuando se reúnen con amigos”.
Lo indicado, añadió Martínez, es hablar con los hijos de forma directa, sin ocultar nada.
“Tenemos qué hacerles ver lo bueno, pero también lo malo. Ser directos, no suavizar la verdad, pero con un lenguaje que los hijos puedan entender y procesar.
“No les digamos mentiras ni busquemos salidas fáciles. Conversar con ellos de una forma honesta puede ser muy benéfico”, expresó Martínez.
Clonazepam, venta libre
El clonazepam es un medicamento controlado que se usa para tratar ciertos tipos de convulsiones y para aliviar ataques de pánico. Además, algunos médicos lo recetan para aliviar casos extremos de insomnio.
Entre sus efectos principales están la somnolencia, vértigo, problemas de visión, dolor muscular o de las articulaciones, alteraciones emocionales, aumento de la salivación, problemas en la coordinación y problemas con la memoria.
Solamente puede ser prescrito por un médico o su venta está condicionda a la presentación de una receta con nombre, domicilio, número de teléfono, correo electrónico y cédula profesional del doctor.
Sin embargo, en redes sociales la transacción por este medicamento y de diazepam se hace de forma libre.
En diferentes grupos de Facebook, tanto locales como nacionales, se ofertan en 200 pesos cajas de Clonazepam de 2 mg y de 0.5 mg y de diazepam.
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Sin embargo, algunos perfiles en los que se ponían a la venta, de pronto desaprecieron, quizá después de que trascendió la intoxicación de menores en CDMX y en Nuevo León.
