Hace ocho años, Hannia salió a pasear con su cachorro poodle durante una tarde-noche del verano. Era una vecina nueva en el sector de Cumbres, mucho más allá de la Avenida Pedro Infante. Le encantaba la zona. Veía de cerca la montaña y muy de madrugada, ocasionalmente, escuchaba aullar a los coyotes que se acercaban peligrosamente a la zona residencial.
Pero esta vez, Hannia vivió una experiencia aterradora. Cargaba a su cachorro y para abrir la reja de su casa lo puso en la banqueta; frente a su residencia había un enorme terreno lleno de maleza.
Te puede interesar: Coyote alarma a vecinos de la colonia Colorines en San Pedro
Solamente escuchó el gemido de su perro y vio una sombra pasar detrás de ella. Cuando volteó alcanzó a ver un coyote que llevaba en el hocico a su mascota.
Hannia recuerda haber corrido y meterse en la maleza. No pudo alcanzar al depredador que seguramente llegó al cerro y devoró al perrito.
“Fue una experiencia muy fuerte. Nunca la voy a olvidar. Pero eso al mismo tiempo me sirvió para tomar precauciones porque en esa época esta área estaba despoblada y había muchos animales que bajaban del cerro, desde coyotes, víboras, ardillas. Nunca me ha tocado ver un oso, pero dicen mis vecinos que sí ha bajado”, expresó.
Pero este no fue un ataque solitario. Hace tres semanas se volvió viral el ataque de una manda de coyotes a una perrita en San Pedro; los animales la cazaron y le dieron muerte.
Y la semana pasada, un vecino de Colorines alcanzó a grabar a otro de estos caninos en la calle, luego se internó en una plaza.
“No son hechos aislados y cada vez nos estamos enterando de casos de animales salvajes que deambulan por las calles de la colonia. Pero eso tiene una respuesta: la devastación del hábitat natural de, los coyotes, por ejemplo. Ellos simplemente no saben a dónde más ir y reclaman lo que alguna vez fue suyo. Somos nosotros los invasores”, explicó el biólogo Hernán Castillejos.
Lo mismo, añadió, sucede con los osos y otras especies como los jabalíes, cuya presencia se ha hecho habitual en otras zonas.
“Las especies salvajes están encontrando que lo que antes fue su hogar ahora es víctima de la urbanización extrema”, señaló. “Y este proceso avanza mucho muy rápido: lo que antes era una zona alejada de la mancha urbana, de pronto la ves convertida en un fraccionamiento privado”.
El biólogo indicó que los animales simplemente vuelven a lo que antes era suyo.
“Somos nosotros los intrusos. Y en realidad somos también nosotros los que estamos en una situación de peligro porque nunca sabemos cómo va a reaccionar un animal”.
Castillejos advirtió que es peligroso que una criatura salvaje se acostumbre a interactuar con seres humanos.
“Ya nos perdieron el miedo y lo peor es que se están acostumbrando a que los alimentemos, no que precisamente les demos comida, sino que se adaptaron a buscar alimento en la basura, algo que daña enormemente su sistema digestivo”.
Además, señaló, en un intento de erradicar lo que la gente considera una plaga, los envenena o los golpea.
“Yo personalmente me he encontrado con coyotes atropellados en las zonas de Cumbres, cercanas al cerro. También serpientes y varios tipos de fauna”.
Lo más recomendable, señaló Castillejos, es que si se visualiza a un animal salvaje cerca de la casa, llamar a unidades especializadas en manejo de fauna como Protección Civil.
“Nunca hay que intentar atraparlos uno mismo porque se corre el peligro de que ser atacado”.
Tampoco recomendó instalar trampas ni colocar veneno porque las victimas serían otras especies, incluso domésticas, como perros y gatos.
¿Qué tan peligrosos son los coyotes?
Aunque se han reportado casos de ataques de coyotes a seres humanos, especialmente en la zona de California, no es común que un ejemplar solitario se enfrente a un adulto.
El peligro es cuando andan en manada. Son potencialmente letales para niños y mascotas, además de ser portadores del virus de la rabia.
Su alimentación en estado salvaje consiste en ratones, conejos, aves, anfibios, venados pequeños y en algunas zonas también pueden consumir pescado.
Sin embargo, la depredación de sus hábitats ha provocado que ahora también consuman basura.
¿Qué hacer si veo un coyote?
Al ser de naturaleza tímida, para espantar a un coyote solitario basta alzar la voz y agitar los brazos en forma amenazante.
También se les puede lanzar un objeto, una piedra o un trozo de madera, y saldrán huyendo.
Si el animal no responde puedes simular ser más grande o imponente levantando sobre tu cabeza una mochila o una prenda para que el coyote te vea como una criatura difícil de atacar.
En caso de que te encuentras una manada, aléjate lentamente y no hagas contacto visual.
No hagas ningún gesto amenazante. Si ves una manada seguro hay cachorros y si te ven como peligro pueden atacarte para defender a sus crías.
Te puede interesar: Jaguares son captados paseando en Nuevo León
Ten cuidado con los niños y las mascotas. Por ningún motivo permitas que los menores interactúen con los coyotes.
Nunca los alimentes y no corras.