Con penas de hasta 10 años serían sancionadas las personas quienes inyecten sustancias químicas, tóxicas o farmacológicas a otras con la finalidad de alterar su voluntad o capacidades de defensa, especialmente en espacios de transporte público o de alta concurrencia.
Esto ocurriría en caso de que prospere una iniciativa presentada por el diputado morenista Jesús Elizondo quien busca proteger la integridad física y la seguridad de los usuarios que viajan en camiones y especialmente en el Metro.
El legislador presentó una propuesta de reforma al Código Penal estatal para tipificar como delito la administración subrepticia de sustancias químicas, también conocida como “pinchazos”.
El nuevo delito llevaría por nombre “sumisión química”
“Este tipo de ataques representan una nueva forma de violencia que debe ser visibilizada, sancionada y atendida con urgencia. No podemos permitir que el transporte público se convierta en un espacio de riesgo para mujeres, jóvenes y personas vulnerables”, indicó Elizondo.
La iniciativa también contempla agravantes cuando estos actos deriven en otros delitos, como robo, abuso sexual, privación de la libertad o trata de personas.
Sin legislación en México
El legislador destacó que aunque este fenómeno ha sido documentado en diversos países de Europa, en México aún no existe una legislación que reconozca esta modalidad delictiva, por lo que Nuevo León se colocaría a la vanguardia en la protección de los usuarios del transporte.
“Nuestra obligación es garantizar que cada persona pueda desplazarse con libertad y seguridad. Esta iniciativa busca justamente prevenir, proteger y castigar con firmeza este tipo de agresiones que, por su naturaleza, muchas veces quedan impunes”, añadió Elizondo.
En la última semana, a través de información proporcionada por el Sistema de Transporte Colectivo y en redes sociales se dio a conocer que una joven y un adolescente fueron víctimas de esta modalidad de robo.
El primer ataque ocurrió a una estudiante universitaria quien denunció haber sido víctima mientras viajaba en la Línea 2 del Metro a la altura de la Estación Universidad.
El hecho ocurrió alrededor de las 17:30 horas cuando la chica sintió un piquete en un brazo, sin embargo, no pudo identificar a su agresor por la alta concentración de personas en el vagón.
Poco después, dijo, comenzó con mareos, náuseas y adormecimiento de las extremidades. La chica salió del vagón y se dirigió hacia la seguridad del sistema Metrorrey.
Días más tarde, una usuaria de Facebook compartió en esta red social que su sobrino, un joven preparatoriano, se dirigía a la escuela y fue atacado por una mujer en la Línea 1, entre las estaciones Parque Fundidora y Félix Gómez.