En medio de un clima político que no da tregua, una imagen vale más que mil tuits. Las láminas de la encuesta difundida por El Norte/Grupo Reforma dejan una idea muy clara: Samuel García no solo resiste el desgaste natural del cargo, sino que logra sostener una aprobación redonda del 72% en Nuevo León.
No es un dato suelto: en la misma pieza se observa una serie histórica donde, a lo largo de su administración, el mandatario ha oscilado entre picos del 80% y descensos puntuales (como aquel 67% tras su primer año), para después volver a colocarse en la franja alta.
Hoy, a los 3 años y 9 meses de gestión —según marca la lámina— el termómetro regresa a zona de confort con ese 72% que, para efectos prácticos, significa legitimidad suficiente y margen político.
El “popularómetro”: García aparece con 68% de opinión muy o algo buena y 21% muy o algo mala, con apenas 2% de personas que dicen no conocerlo o no ubicarlo. Es decir, no solo hay aprobación a su desempeño: también hay simpatía a su figura y una notoriedad prácticamente total en el estado.
En la misma tabla, nombres nacionales como Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador registran 78% y 76% de opinión positiva, respectivamente; sin embargo, para la conversación local, el dato relevante es que el gobernador neoleonés compite en imagen favorable con pesos pesados del país, y lo hace en su cancha, donde su figura es omnipresente.

Una lectura política directa: fortaleza en casa
En política territorial, lo más importante es el control de la plaza propia. La encuesta señala que García conserva capital en su estado, y ese capital se traduce en tres cosas: capacidad para impulsar agenda, habilidad para hacer contrapeso a rivales locales y una base sólida para proyectar figuras aliadas.
Si alguien buscaba señales de desgaste por el paso del tiempo, la gráfica histórica que acompañan las láminas demuestra lo contrario: un vaivén normal en cualquier administración, pero con tendencia a estabilizarse alto. En Nuevo León, donde el voto es exigente y la opinión pública suele reaccionar rápido a los errores, sostener el 72% no es poca cosa.

Aquí hay un detalle clave: el “popularómetro” no mide solo a García. Mide a su ecosistema. Mariana Rodríguez —protagonista esencial de la narrativa pública del gobierno— aparece con 60% de opinión positiva, 16% negativa y 13% de “no la conoce”.
Son números altos para una figura que no ocupa un cargo tradicional en el gabinete estatal, pero que influye en agenda, comunicación y movilización social. Ese 60% confirma que el “efecto Mariana” es tangible.

Las cifras en julio 2025, donde NL es número 1
- Inversión
- Ingresos por hogar
- Nuevos empleos
- Mejor policía de México
- Asistencia escolar
- Reducción de pobreza
