Del millón y medio de personas con Alzheimer, a nivel nacional, en Nuevo León viven 65 mil, una cantidad importante porque prácticamente llenaría cualquiera de los dos estadios más grandes del Estado: el de Tigres o el de Rayados.
Esta es la consideración de la doctora Miriam Jiménez, miembro de la Academia Mexicana de Neurología.
El “Volcán” alberga a 42 mil espectadores y el BBVA, 53 mil 529.
En los primeros ocho meses del año se registraron 88 nuevos pacientes, lo que representa un incremento del 18.9% respecto a 2024.
Esto coloca al Estado en el cuarto lugar a nivel nacional.
La especialista, junto con Xóchitl Gómez Roel, médica internista y oncóloga clínica, participaron en la conferencia “Un llamado a reconocer los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer y cuidar de quienes cuidan”.
Este espacio busca generar conciencia sobre la enfermedad, fortalecer el apoyo informado y promover un abordaje integral que mejore la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores.
“La enfermedad de Alzheimer representa la causa más frecuente de demencia. Los avances en diagnóstico y tratamiento han abierto nuevos caminos, pero su verdadero impacto se fortalece con cuidados oportunos, atención temprana y apoyo a quienes acompañan a los pacientes”, señaló Gómez Roel.
El Alzheimer es uno de los retos más significativos para la salud pública a nivel mundial.
Cada tres segundos, alguien desarrolla algún tipo de demencia y actualmente más de 55 millones de personas en el mundo viven con esta condición.
Esta cifra podría duplicarse hacia 2050. Simplemente en México hay un incremento en el número de personas diagnosticadas.
Sin embargo, Gómez Roel indicó que mucho tiene que ver la visibilidad que se le dé al padecimiento.
Jiménez añadió que, a decir verdad, en general las enfermedades neurológicas incrementaron.
“Y tomaron un papel relevante en enfermedades como causa de discapacidad o las que más implican años vividos con discapacidad”, explicó.
Gómez Roel detalló que los síntomas pueden aparecer incluso varios años antes del diagnóstico, y en ese periodo la educación, la sensibilización social y la evaluación oportuna marcan una diferencia significativa.
El uso de una palabra por otra y el llamar a todas las cosas por un mismo nombre podrían ser principios de Alzheimer.
A nivel mundial, se estima que el 75% de los casos no se diagnostican a tiempo, y una de cada cuatro personas aún cree que la enfermedad no puede prevenirse.
“La enfermedad de Alzheimer representa la causa más frecuente de demencia. Los avances en diagnóstico y tratamiento han abierto nuevos caminos, pero su verdadero impacto se fortalece con cuidados oportunos”
— Dra. Xóchitl Gómez Roel
Esta falta de conocimiento limita la detección temprana, reduce la eficacia de los tratamientos y dificulta la planificación de cuidados dignos y oportunos.
Depresión del cuidador
Jiménez señaló que las personas cuidadoras se ven en la necesidad de aprender cómo poder comunicarse con los enfermos.
El impacto de la enfermedad se extiende también a los cuidadores. En México, el 80% de los pacientes reciben atención en casa, y una de cada cuatro personas cuidadoras se ven obligadas a abandonar su empleo para poder brindar atención permanente a su ser querido, siendo aproximadamente dos tercios de ellas mujeres.
“Podemos decir que casi la mitad, el 40% de los cuidadores entra en una etapa de depresión”, señaló.
Contrario a creencias comunes, la enfermedad de Alzheimer no es una consecuencia natural del envejecimiento, y el término “demencia senil” ha dejado de ser reconocido en la medicina moderna.
Como padecimiento crónico-neurodegenerativo e irreversible, la enfermedad de Alzheimer provoca un deterioro progresivo de la memoria, el pensamiento, la conducta y la autonomía, llevando eventualmente a una dependencia total para realizar actividades básicas de la vida diaria.
Las señales
- Pérdida de memoria que interrumpe la vida diaria.
- Dificultad para planificar o resolver problemas.
- Dificultad para completar tareas habituales.
- Confusión de tiempo o lugar.
- Dificultad para comprender imágenes visuales y relaciones espaciales.
- Nuevos problemas con el uso de palabras en el habla o lo escrito.
- Colocación de objetos fuera de lugar y dificultades para rastrear pasos.
- Mal juicio o juicio disminuido.
- Retiro de actividades sociales o laborales.
- Cambios en el humor o la personalidad.

