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¿La economía mexicana está preparada para las consecuencias del Brexit?

La semana pasada los ingleses salieron a las urnas para decidir la salida del país de la Unión Europea, lo que se traerá consecuencias a todo el mundo

Mariana Gómez del Campo, PAN

La conformación de un bloque económico tan profundo como la Unión Europea que inició su construcción tras una gran conflagración regional que se internacionalizó, sigue siendo un hito en el análisis internacional.

En enero de 1973, Reino Unido se incorporó a la Comunidad Económica Europea, sin embargo, siempre fue precavido en todas las decisiones que implicaban ceder soberanía. La salida de Reino Unido no es un tema nuevo, diversos gobiernos laboristas anunciaban en campaña la necesidad de “renegociar” los términos de los acuerdos con Europa.

En 1975 se celebró un primer referéndum para mantenerse, en el que el “sí” ganó con el 67.2%, frente al “no” que obtuvo el 32.8%, es decir, más de nueve millones de votos de diferencia. El ascenso del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP, por sus siglas en inglés) obligó al primer ministro, David Cameron, a traer el referéndum de vuelta y celebrarlo en 2016.

Tras una campaña en la que las encuestas señalaban que el “no” a favor de la salida de la Unión Europea ganaría, el resultado final le dio la victoria al Brexit con 51.9% frente a un 48.1% que votó por permanecer en la UE, una diferencia de poco más de un millón 200 mil votos.

La situación es que nadie sabe cómo y en qué condiciones el Reino Unido dejará la Unión Europea, eso se irá resolviendo en los próximos meses. En este momento, la principal consecuencia es la incertidumbre que esto pueda generar en los mercados y la profundización de las dudas que tienen varios países sobre su permanencia en la UE.

Con el Brexit, Reino Unido perderá el beneficio de todos los acuerdos de libre comercio existentes de la UE con terceros países, lo que significa que dejará de beneficiarse de los acuerdos comerciales que la UE ha negociado con 53 mercados, tales como son México, Sudáfrica, Corea del Sur, Estados Unidos y Japón. De esta manera, tendrá que negociar acuerdos de sustitución, por lo que esto llevará varios años y no hay garantía de que estos nuevos acuerdos mantengan las condiciones tan benéficas como las que hoy disfruta.

Datos de la Secretaría de Economía señalan que el comercio total en 2015 entre México y Reino Unido fue de cuatro mil 312 millones de dólares, es decir un 0.7% del comercio exterior de nuestro país. Podemos estar tranquilos porque el impacto comercial será casi imperceptible, y por ende, no afectará la cuenta corriente ni la balanza comercial. Por el contrario, tenemos frente a nosotros una importante oportunidad para lograr un nuevo acuerdo entre las dos naciones en términos más ambiciosos y positivos.

En lo inmediato, no podemos negar que el Brexit afectó a México introduciendo más presión a nuestra, de por sí, devaluada moneda, esto atrasará posiblemente su retorno a niveles de 17 pesos por dólar y nos debe mantener alertas ante su posible impacto inflacionario.

El gobierno federal anunció un recorte de 31 mil 715 millones de pesos al gasto público que pareciera más un anuncio para demostrar que actúa que una acción estratégica, la buena noticia es que ese recorte será a gasto corriente. Era hora de que el gobierno comenzará a apretarse el cinturón en lugar de seguir incrementando la ya preocupante deuda que asciende a 45 por ciento del PIB. 

Seguimos insistiendo en que debe quitarse el “freno de mano” que le impuso este gobierno a nuestra economía con la reforma fiscal asfixiante e inoportuna, esa sí representaría una medida que le dé dinamismo a nuestro país frente a un entorno mundial inestable.

En resumen, la Unión Europea será quien cargue con el mayor impacto, deberá iniciar una nueva etapa histórica y de replanteamiento de sus fundamentales. Para México este debe ser un momento de oportunidad para renovar la relación bilateral con un país que puede ser visto más como un aliado que como un simple socio comercial.

Alejandra Barrales, PRD

La decisión de los británicos de separar el Reino Unido de la Unión Europea (UE), tomó por sorpresa a todos.

Estadistas, encuestas e investigadores señalaron que lo más probable era la permanencia, sin embargo, el resultado del pasado viernes 24 de junio fue otro y, en un acontecimiento histórico, con una votación muy cerrada de 52% contra 48%,  la gente se decidió por la opción nacionalista, es decir, la salida de la UE también conocida como Brexit, lo que de inmediato generó alta volatilidad en los mercados cambiarios.

Conforme comenzaron a revelarse los resultados del referéndum, la intranquilidad se apoderó del juicio de los inversionistas, lo que se materializó en devaluaciones significativas en el mercado internacional.

En el caso de nuestra moneda, de acuerdo con el Banco de México, el dólar cerró en 18.93 pesos, una pérdida equivalente a 3.47%; se llegó a cotizar en casi 19.51 pesos, pero conforme transcurría la mañana recuperó terreno y pese a toda especulación la depreciación del peso fue de sólo 0.8%.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público anunció una serie de medidas para contrarrestar los efectos de la volatilidad tras el Brexit, incluido un segundo recorte al gasto público de este año, por 31 mil 715 millones de pesos, el cual se supone no afectará los programas sociales. Sin embargo, dos sectores vitales para nuestro país serán afectados: el educativo y el sector salud, los cuales dejarán de recibir 13 mil millones de pesos.

Es imperativo poner atención a este recorte a educación y salud, pues ambos sectores impactan directamente a millones de mexicanos.  En materia de educación, y frente a las problemáticas que enfrentamos –profundas y que requieren inversiones importantes–, cualquier recorte, por pequeño que sea, tendrá consecuencias. Debemos recordar que la educación no sólo son los niños, son más espacios educativos, es infraestructura, son maestros y su capacitación, entre otros temas urgentes por resolver.

No sabemos si en materia económica lo peor ha pasado, y si este recorte será suficiente.
De acuerdo con analistas como Marco Oviedo, economista en jefe de Barclays México, la economía crecería menos en 2016 y 2017 como consecuencia directa del Brexit, dejando el pronóstico de 2.1 a 1.9 por ciento para este año, y de 2.7 a 2.1 por ciento para el 2017.

Se prevé que el Banco de México ajuste su tasa de interés para enfrentar la volatilidad internacional, por lo que el anunciado recorte fue, según expertos, un “mensaje para los mercados de que no habrá mayor endeudamiento”.

Debemos prestar atención en cómo se va a ir desarrollando el proceso de separación del Reino Unido, pero también asegurar que antes de tomar cualquier decisión se piense primero en los ciudadanos. Es necesario que se tomen todas las consideraciones para evitar un impacto directo en el bolsillo de los mexicanos.

Ana Lilia Herrera Anzaldo, PRI

Desde que se confirmó la decisión de los ingleses para que el Reino Unido deje de ser parte de la Unión Europea el pasado viernes, México implementó una estrategia de estabilidad macroeconómica para enfrentar esa determinación.

Ante la volatilidad global, el gobierno mexicano ha tomado medidas preventivas que incluyen un ajuste de 31.7 mil millones de pesos al gasto corriente.

El reto es minimizar los efectos de una consecuencia sorpresiva en el país,  mediante la disminución de las necesidades financieras del sector público debido a que se reduciría el déficit fiscal dentro de un ámbito de mayor impacto de volatilidad causado por el Brexit.

Aunado a ello, ya se anunció que una de las primeras acciones que deberá tomar México será renegociar un acuerdo comercial con Reino Unido, ya que desde el año 2000 tiene un tratado con la Unión Europea, además de que en 2015 el comercio total entre México y el Reino Unido sumó un total de cuatro mil 312 millones de dólares, con lo que aquella nación se colocó como el octavo mayor inversionista en el país.

Las medidas precautorias tomadas por la Secretaría de Hacienda tienen como objetivo no obstaculizar el crecimiento del país toda vez que el recorte anunciado se aplicará directamente al gasto corriente de la burocracia,  lo que permitiría un desarrollo de 2.2 por ciento hacia fin de año, según ha pronosticado el sector privado.

Debido a que la balanza comercial en lo que va del año entre ambos países ha sido del uno por ciento y no se puede comparar con los altos niveles de intercambio que hay con Estados  Unidos o Canadá, se espera que el efecto Brexit afecte de manera moderada a México.

Aunque el comercio entre México y el Reino Unido representa menos del 0.7 por ciento del comercio que realizamos con Europa, nuestro país cuenta con un Acuerdo de Protección Recíproca de Inversiones suscrito desde 2006 con esa nación.

Sin embargo, no podemos perder de vista que en los últimos seis meses estos valores han disminuido en un 9.2 por ciento, que nuestro país ha enfrentado con una sólida fortaleza macroeconómica ante el deterioro del entorno externo que incluye un programa multianual de consolidación fiscal, un sistema bancario bien capitalizado y un monto amplio de reservas internacionales.

Todo ello confirma –como lo han anunciado diversos especialistas económicos- que en el marco de la realidad inflacionaria de México, la cual consideran como un fenómeno “controlado”, las medidas anunciadas y puestas en operación han podido enfrentar con éxito la volatilidad de los mercados internacionales.

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