El ejercicio de la sexualidad humana es un tema complejo. A lo largo de nuestra nuestras vidas, hombres y mujeres vamos generando ciertos códigos (tanto a nivel personal como en nuestras relaciones de pareja) que nos han permitido confeccionar una cultura muy particular de cómo entendemos y cómo vivimos la parte sexual.
Sin embargo, al momento de acumular información y conocimiento sobre ésta, es lógico y comprensible que abrevaremos también de aquello que nos comparten aquellas personas cercanas a nosotros. Y es así como nos vamos formando ciertas ideas y conceptos preconcebidos que en algunas ocasiones nos llenan la cabeza de telarañas que nos impiden vivir a plenitud algo tan placentero como lo es el sexo.
Así las cosas, en esta ocasión vamos a referirnos a los estereotipos, mitos y prejuicios sexuales esas telarañas que a diario le ponen freno a nuestras intenciones buscar esos balances emocionales que nos son tan necesarios para vivir tranquilos y a gusto.
Y la información la tenemos al alcance de la mano. Y a diario. Siempre estamos recurriendo, consciente e inconscientemente a todo tipo de elementos para autosabotearnos. Y cuando se trata de la sexualidad… peor se pone el asunto. Por eso, de entrada, es sumamente importante que hagamos el compromiso con nosotros mismos para conocer nuestros propios cuerpos y así poder descubrir aquello que nos agrada y aquello que nos desagrada.
¿Por ejemplo? Hay que desechar el aforismos misóginos y denigrantes como “la mujer siempre debe estar dispuesta a tener relaciones sexuales con su hombre (esposo o novio)”, “todas las mujeres son unas golfas… menos mi esposa, mi mamá y mis hermanas” o “el hombre que satisface a muchas mujeres en la cama es un rey”. Y a nivel de pareja, también debemos erradicar disparates como que al momento del orgasmo el hombre y la mujer deben llegar juntos o que si una pareja no tiene sexo está en verdaderos problemas.
¡Nada de eso!
Y de leyendas urbanas como que si un hombre se masturba frecuentemente le va a salir un pelo en la mano o que eventualmente se quedará ciego. O qué tal ese cuento chino de que los varones con pareja no tienen porque recurrir a la autoestimulación o que un caballero casado tiene prohibido masturbarse. Y los ejemplos son interminables…
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Entendamos que los prejuicios son opiniones preconcebidas, generalmente negativas, hacia algo o hacia alguien y estos dentro de las sociedades nos llevan por lo regular a la intolerancia. Pero también debemos entender que éstos distorsionan la percepción de la realidad.
Y con respecto a los mitos, podemos considerarlos primos hermanos del prejuicio, además de que se trata de narrativas que por lo regular no son ciertas pero que predisponen a aquellos que los escuchan y creen en ellos. Y la predisposición en el terreno sexual es veneno puro para cualquier aspecto emocional.
Y lo referente a los estereotipos tenemos que entender que se trata de percepciones sumamente exageradas y simplificadas sobre un personas que comparten ciertas características, cualidades, habilidades y preferencias que buscan justificar conductas de rechazo hacia un grupo determinado de individuos que por su ideología (principalmente) son clasificados con la intención de ser rechazados por otros.
Los estereotipos en las sociedades son sumamente dañinos y si éstos los focalizamos hacia lo sexual resultan todavía más perjudiciales. Por eso, es importante que siempre prioricemos la comunicación para que entre todos exista el buen entendimiento y la armonía.
Y no olviden que todos los sábados a la medianoche los espero en su programa “Exclusivo Para Hombres”, que se transmite por Telefórmula (por favor chequen su sistema de cable predilecto para verificar la nomenclatura de los canales).El ejercicio de la sexualidad humana es un tema complejo. A lo largo de nuestra nuestras vidas, hombres y mujeres vamos generando ciertos códigos (tanto a nivel personal como en nuestras relaciones de pareja) que nos han permitido confeccionar una cultura muy particular de cómo entendemos y cómo vivimos la parte sexual.
Sin embargo, al momento de acumular información y conocimiento sobre ésta, es lógico y comprensible que abrevaremos también de aquello que nos comparten aquellas personas cercanas a nosotros. Y es así como nos vamos formando ciertas ideas y conceptos preconcebidos que en algunas ocasiones nos llenan la cabeza de telarañas que nos impiden vivir a plenitud algo tan placentero como lo es el sexo.
Así las cosas, en esta ocasión vamos a referirnos a los estereotipos, mitos y prejuicios sexuales esas telarañas que a diario le ponen freno a nuestras intenciones buscar esos balances emocionales que nos son tan necesarios para vivir tranquilos y a gusto.
Y la información la tenemos al alcance de la mano. Y a diario. Siempre estamos recurriendo, consciente e inconscientemente a todo tipo de elementos para autosabotearnos. Y cuando se trata de la sexualidad… peor se pone el asunto. Por eso, de entrada, es sumamente importante que hagamos el compromiso con nosotros mismos para conocer nuestros propios cuerpos y así poder descubrir aquello que nos agrada y aquello que nos desagrada.
¿Por ejemplo? Hay que desechar el aforismos misóginos y denigrantes como “la mujer siempre debe estar dispuesta a tener relaciones sexuales con su hombre (esposo o novio)”, “todas las mujeres son unas golfas… menos mi esposa, mi mamá y mis hermanas” o “el hombre que satisface a muchas mujeres en la cama es un rey”. Y a nivel de pareja, también debemos erradicar disparates como que al momento del orgasmo el hombre y la mujer deben llegar juntos o que si una pareja no tiene sexo está en verdaderos problemas.
¡Nada de eso!
Y de leyendas urbanas como que si un hombre se masturba frecuentemente le va a salir un pelo en la mano o que eventualmente se quedará ciego. O qué tal ese cuento chino de que los varones con pareja no tienen porque recurrir a la autoestimulación o que un caballero casado tiene prohibido masturbarse. Y los ejemplos son interminables…
Entendamos que los prejuicios son opiniones preconcebidas, generalmente negativas, hacia algo o hacia alguien y estos dentro de las sociedades nos llevan por lo regular a la intolerancia. Pero también debemos entender que éstos distorsionan la percepción de la realidad.
Y con respecto a los mitos, podemos considerarlos primos hermanos del prejuicio, además de que se trata de narrativas que por lo regular no son ciertas pero que predisponen a aquellos que los escuchan y creen en ellos. Y la predisposición en el terreno sexual es veneno puro para cualquier aspecto emocional.
Y lo referente a los estereotipos tenemos que entender que se trata de percepciones sumamente exageradas y simplificadas sobre un personas que comparten ciertas características, cualidades, habilidades y preferencias que buscan justificar conductas de rechazo hacia un grupo determinado de individuos que por su ideología (principalmente) son clasificados con la intención de ser rechazados por otros.
Los estereotipos en las sociedades son sumamente dañinos y si éstos los focalizamos hacia lo sexual resultan todavía más perjudiciales. Por eso, es importante que siempre prioricemos la comunicación para que entre todos exista el buen entendimiento y la armonía.
Y no olviden que todos los sábados a la medianoche los espero en su programa “Exclusivo Para Hombres”, que se transmite por Telefórmula (por favor chequen su sistema de cable predilecto para verificar la nomenclatura de los canales).