¡Gracias, paisanos!

El pasado 1º de diciembre, ante el zócalo lleno, el presidente López Obrador, en el marco de la celebración de su triunfo electoral, reconoció a los paisanos en Estados Unidos por haber enviado al país 50 mil millones de dólares durante este año; lo que mantuvo a flote la economía nacional, en el contexto de la crisis interna provocada por la pandemia, la cual se reflejó en la caída del turismo, de las exportaciones y de la producción de Pemex.

Las remesas tuvieron un incremento de poco más del 20% este año gracias a los apoyos gubernamentales que sumaron casi un trillón de dólares y que fueron repartidos entre las personas que perdieron el empleo o que son de bajos ingresos en EU, dentro de los que se encuentran millones de mexicanos.

Es decir los héroes que nos han ayudado son los contribuyentes del vecino país que se solidarizaron con nuestros paisanos que, por cierto, fueron parte de la población más afectada por la pandemia, debido a que muchos no pudieron parar sus actividades laborales a pesar de las restricciones sanitarias.

Dentro de las entidades federativas que han visto un incremento directo por las remesas están Aguascalientes, Baja California, Ciudad de México, Jalisco, Estado de México, Guanajuato y Zacatecas. No fue el caso de Tabasco, Yucatán y Oaxaca. Los municipios más beneficiados fueron Tijuana y Guadalajara.

Se sabe que de donde provino la mayor cantidad de dólares fue de los migrantes de California, quienes enviaron el dinero, principalmente, por transferencia electrónica, y que lo que mandan es aproximadamente un 20% de sus ingresos. Solamente para darnos una idea, en Aguascalientes se reciben 2 millones de dólares diarios y las remesas podrían pagar la nómina de las 100 empresas más grandes del estado.

Un billón de pesos significa la sexta parte del PIB nacional. No hay mejor programa social. Simplemente en este año los programas gubernamentales de apoyo del gobierno son una tercera parte de esta cantidad, ¿qué pasa si disminuyen o dejan de llegar? Entraríamos en una crisis muy fuerte, ya que este dinero sí llega directamente a las familias más necesitadas y no se necesita votar por nada ni agradecerlas a nadie, más que a sus familiares.

Desde luego que, una forma en la que el Estado mexicano podría agradecerles en lo económico sería destinar más recursos para los programas de protección en los consulados; que existiera, por lo menos, una subsecretaría especial para migrantes; que se tuviera un mayor conocimiento de su situación en Estados Unidos; y, que tuviéramos fundaciones binacionales para apoyarlos. Que los incluyamos en la sociedad y volvamos a verlos como hermanos.

En lo político, promover su participación electoral para que incidan en los gobiernos de sus estados y de sus municipios; que puedan opinar sobre el destino de los recursos que ingresan finalmente como impuestos a los gobiernos vía gasto (al menos 15 mil millones de dólares anualmente).