Dirán que soy un cursi de primera, pero hay que reconocer que nuestro Chente era un ídolo. Era el único que podía llenar una plaza de toros México como un Estadio Azteca. Fue el mayor exponente de la música vernácula.
Último de esa camada de grandes como Lola Beltran, José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez, y así me podría seguir enumerando a los grandes. También fue un éxito garantizado de taquilla en el cine; trabajó con las actrices más guapas de su época como Blanca Guerra, Angélica María, Ana Martín, entre muchas más.
Cada vez se nos están acabando los grandes y deberíamos hacerles un homenaje en vida y no esperar a que nos dejen. Vicente Fernández deja un gran hueco en el mundo de la música que dudo que alguien llene.
Tienen que ir por favor a ver la obra de teatro “La Antipastorela”, no saben cómo me la pase riendo desde que comenzó. Esta es una puesta en escena dirigida por Juan Ríos y el texto de Humberto Robles.
La historia es que el arcángel “Manigüis” Gabriel llega a Cuatitlán Izcalli buscando a la que será la nueva madre del Mesías porque se aproxima la segunda venida del Señor. Pepe se entera de que su mujer está embarazada y se pone furioso.
Obvio está la “Manigüis”, Marcela Morett y Enrique Galván. No saben lo bien que está hecha y se presenta en el Marke Teatro ubicado en Coahuila 105, en la colonia Roma. Es un lugar divino; vayan y se pasaran un momento increíble.
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