A menos de 3 meses de la inauguración del Aeropuerto Felipe Ángeles, ¿confías en que todo estará listo para la fecha de inicio de operaciones? A estas alturas no se trata de si estará listo en 3 meses la parte del proyecto que debe desarrollarse, ya que la principal problemática no se centra en lo inmediato, sino en las múltiples advertencias de expertos en la materia que hablaban de una inviabilidad de un aeropuerto lejano, sin vías de acceso, con muy pocas pistas, con una infraestructura deficiente y muy alejada de las necesidades de las y los usuarios del aeropuerto.
Históricamente sabemos de la calidad del Ejército en todas las labores que desempeña y la infraestructura es una de ellas, sin embargo, la construcción de este aeropuerto ha estado viciada desde el inicio con aumento de costos, sospechas de corrupción y las enormes pérdidas que dejaron la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, propiciando que un proyecto de muchos miles de millones de pesos se convirtiera en nada aún con ese gasto.
Seguramente para el momento de la inauguración lo mínimo indispensable estará listo para dar la imagen de cumplimiento, sin embargo, debemos poner sobre la mesa la importancia de la utilidad de lo que se va a inaugurar, pudiendo haber desarrollado otros proyectos en esa misma zona en favor de las familias de nuestras Fuerzas Armadas o, incluso, algo que pudiera detonar la economía de la zona de forma importante sin afectarles las propiedades a la población de la región.
Lamentablemente tendremos que esperar años para que se demuestre la ineficiencia o viabilidad de un aeropuerto seriamente cuestionado desde su imagen institucional, hasta la posibilidad de convertirse en el desahogo del Aeropuerto Internacional Benito Juárez que, por cierto, sigue recibiendo mantenimiento correctivo, cosmético, sin llegar a fondo haciéndolo un auténtico suplicio para los millones de visitantes anuales que tiene nuestro país.
Y justo es ahí donde debe prevalecer nuestro análisis: cómo un país tan dependiente del turismo internacional puede darse el luego de tener una infraestructura aeronáutica tan deficiente sin que nada de ello cambie. Debemos apostarle al desarrollo, a la modernidad, a la eficiencia sin sacrificar transparencia para tener un aeropuerto a la altura de un país tan grande como México.