No hay peor atrocidad que la violencia homicida contra niñas y niños, y en los últimos días dos sucesos conmocionan y llaman a la urgente necesidad de reforzar los cuidados y protección hacia este sector de la población, que depende y confía en muchos sentidos de las personas adultas.
Ambos son estampas de agresiones que deben ser erradicadas en todo el país, y alertan sobre el hecho de que la violencia física a la que se les somete llega, cada vez más, hasta el nivel de homicidio. Se estima que el año pasado condujeron a la muerte de más de 2 mil menores de edad.
Una ciudadanía en plenitud será tal en cuanto garantice espacios sin violencia para las poblaciones más vulnerables, en pleno respeto a sus derechos a una vida digna y de paz.
Corrieron apenas 10 días de enero cuando se suscitó el hallazgo del cuerpo de un bebé de apenas seis días de nacido, en la basura del Centro de Readaptación Social de San Miguel, en el estado de Puebla. El hecho conmocionó, sin que hasta ahora se haya determinado la identidad del menor.
La gravedad de esa atrocidad se ve aumentada ante la posibilidad de que el cuerpo del bebé haya sido sustraído de algún anfiteatro y empleado para introducir droga al penal.
En el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México nos sumamos al llamado a esclarecer este hecho, detener a las personas responsables y evitar la impunidad.
Seis después de ese suceso, se encontró sin vida a Ricardo, un niño de 6 años reportado como desaparecido el 12 de enero en el municipio de Tlaquiltenango, al sur del estado de Morelos. Su cuerpo presentaba lesiones por golpes y fue su madre a quien llamaron para reconocerlo.
PUBLICIDAD
La última vez que vieron al menor iba con a la casa de un vecino, un maestro jubilado del que no se ha vuelto a saber nada.
Los análisis del Consejo Ciudadano indican que las personas más cercanas son por lo general los agresores de niñas, niños y adolescentes, entre ellos, familiares o profesores.
Generar esquemas de protección para los menores de edad, en lo familiar y lo comunitario, es fundamental para frenar la violencia homicida. La atención debe partir desde la creación de redes de apoyo civiles e institucionales para evitar el maltrato infantil.
Entre 2019 y enero de 2022, en el Consejo Ciudadano recibimos 2,670 reportes de maltrato infantil, siendo estos últimos dos años los que suman más de la mitad de los casos con 1,491. La articulación con instituciones como el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) ha permitido una atención integral.
Promover acciones de prevención, protección y cultura cívica es central, porque toda niña, niño y adolescente merece una vida feliz, segura y libre de violencia.