La vida en carne y hueso: Dos periodistas asesinados en un semana

Matar a periodistas pone en riesgo la libertad de expresión y pone en riesgo el derecho a la información.

“Llegué y ahí, en el portón, había una hoja de papel blanco. Estaba atorada en la puerta. Me bajé a ver, y vi que venía un mensaje así en pluma: ‘Te estás pasando, cabrón’”, narró el fotoreportero Jesús Humberto González en enero del año pasado a la organización civil Artículo 19.

Hace dos años Lourdes Maldonado dijo: “temo por mi vida”. Hoy la advertencia se hizo realidad, hoy Lourdes ya no está, la han callado.

Hace una semana acabaron con la vida del fotoperiodista Margarito Martínez, ambos fueron asesinados afuera de sus respectivas casas.

En lo que va de enero han asesinado a tres periodistas, Lourdes, Margarito y José Luis Gamboa Arenas. Homicidios que pudieron evitarse, que no debieron de ocurrir, porque como dice la frase: “no se calla la verdad matando a periodistas”.

Los tres asesinatos apuntan a que presumiblemente fue el crimen organizado. Los tres periodistas advirtieron que eran amenazados. Lourdes, Margarito y José Luis temían por sus vidas por ejercer el periodismo.

Hasta diciembre de 2021, la Secretaría de Gobernación informó que se habían registrado en lo que va de este sexenio 49 periodistas asesinados; solo el 7 por ciento de éstos han sido esclarecidos y castigado a sus culpables.

La Segob advirtió que la impunidad en los asesinatos de periodistas es del 93 por ciento, es decir, nueve de cada 10 asesinatos; y que el perfil de quienes agreden a los periodistas en México es: 43% servidores públicos y 33%, miembros de la delincuencia organizada.

Leopoldo Maldonado de Artículo 19, dijo en entrevista con Animal Político, que “no hay política de Estado para proteger a periodistas, no hay prevención, ni tampoco protección”.

Artículo 19 ha documentado que tan solo en 2021, se agredió a un periodista cada 12 horas en México.

Los asesinatos de periodistas no son consecuencia de una ideología, son consecuencia de su valor y su coraje para denunciar la verdad, y por enfrentarse a actores y sectores con poder y absoluta impunidad.

Si bien el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, contribuye a salvaguardar sus vidas, no es precisamente un política pública que garantice su vida y ejercer su profesión con libertad.

Matar a periodistas pone en riesgo la libertad de expresión, pone en riesgo el derecho a la información. Matar a periodistas deja en la indefensión a libertad de prensa.

Los crímenes contra periodistas no deben ni pueden quedar impunes, ni en el olvido. México no debería de considerarse como uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.

Cada periodista asesinada o asesinado es un golpe letal a la libertad de expresión, y es un fortalecimiento de quienes ven en sus voces y denuncias su principal amenaza.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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