Por Karla Cienfuegos
Se acerca en el calendario la fecha que nos indica y nos han contado podemos, debemos, celebrar el amor, la amistad, el día que nos encontramos con globos, peluches, restaurantes llenos de amigos, parejas. Sin embargo, hoy en día también nos hablan del amor propio y esas formas de honrarnos a nosotres mismes, es una postura imperativa para que nos volteemos a ver al espejo y reconozcamos todos esos pequeños actos que hacemos por y para nosotros día a día.
Muchas veces cuando hablamos de amor, inmediatamente viene a nosotros una pareja, sin darnos cuenta que el amor y sus otras historias están presentes en nuestro día a día, entre nuestros amigos, amigas, mascotas, familia, trabajo, escuela, en esos momentos donde tomas tu café para estar conectado contigo solamente, también el día que eliges quedarte en cama viendo tu serie favorita, o maquillarte sin tener un evento, o salir con la persona o personas que quieres estar sin importar el lugar, solo la compañía.
¿Cómo vas abrazando al amor en tu vida?, ¿Qué personas honran y te acompañan en tu club de vida?, ¿Cómo vives el amor que das y que te dan?, ¿Qué otras historias te han contado del amor?
Hoy las redes sociales juegan un papel importante: dime cuántos likes tienes y te diré cuánto te quieren. Podría ser la frase que nos acompañe en estos momentos, pareciera que la vida se vive por imágenes y reacciones en las redes sociales.
Al parecer el amor en tiempos de pandemia se vivió más a la distancia, se manifestó más a través de las pantallas, ¿cuánto amor, hemos visto que podemos transmitir? En algunos hogares nos reencontramos entre los miembros de una casa, pasando más tiempo juntos, de pronto nos comenzamos a cuidar por nosotros mismos, pero también por los nuestros, nos preocupaba salir y poder ser responsables de enfermar a alguien de nuestro hogar, volteamos a ver a los vecinos, que los unos y los otros no estuvieran enfermos, y si eso sucedía, ver la forma de colaborarnos entre todas y todos.
Se intensificó el amor en lo espiritual, a nuestra manera rezábamos y pedíamos que la enfermedad no nos alcanzara, ni a nuestro club de vida, nos permitimos descubrir que detrás de un cubrebocas podemos sonreír, nos dimos cuenta que los abrazos no eran tan cotidianos y nos hacían falta, cuando lográbamos vernos era con gusto y preguntábamos genuinamente cómo estábamos.
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Ensayamos ser como niños y descubrimos más formas de saludarnos, reencontrarnos, jugar y pasar tiempo con nuestra gente sin que fuera aburrido; también abrazar la incertidumbre y sólo dejar que la vida nos sorprendiera sin un libreto, ni agenda del día a día, sabíamos que hoy estábamos, mañana todo podía ser diferente.
Trabajamos de una forma divertida, ¿cuándo imaginaste poder acudir a tu junta semanal de trabajo en pijama?, ¿cuándo se volvió preferido trabajar con tus hijos acompañándote, junto a tu mascota?
Generemos con las nuevas historias de amor que nos vayan acompañando en un futuro, vivir otra pandemia, donde todos nos enfermemos de amor sano, sincero, cariñoso, respetuoso, leal, relacional.
Consultorio C7 Salud Mental
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