La seguridad ciudadana sin duda representa una de las mayores prioridades de todos y todas los mexicanos desde hace mucho tiempo.
Lamentablemente, en nuestro país tenemos décadas en que en diversas regiones se presentan problemas por la deficiencia de las instituciones responsables de garantizar a todas las personas tranquilidad y vivir en paz.
En ese sentido, los distintos gobiernos y en los diferentes órdenes de gobierno se han impulsado estrategias para atender esa demanda social.
Hay que recordar que no hace mucho se inició una guerra absurda que desató la violencia y que se agudizó a consecuencia de la corrupción. Por esa razón, por ejemplo, algunos exfuncionarios que en su momento estuvieron a cargo de dependencias de seguridad están hoy bajo proceso judicial tanto en México como en el extranjero.
Al inicio de esta administración, se decidió poner en marcha una nueva estrategia para reconstruir el tejido social y recuperar la paz y la concordia entre los mexicanos y en todo el territorio nacional.
Es una pena que hechos de violencia provocado por la acción de grupos delincuenciales generen una imagen negativa de lo que realmente sucede.
Hay que subrayar que la seguridad ciudadana es un tema complejo que exige la acción del Estado en muchos aspectos y que a diferencia de lo que estuvo ocurriendo en otros tiempos que sólo se concretaban a reprimir y a la persecución, hoy se impulsan políticas públicas que incluyen en especial las cuestiones sociales y económicas para pacificar al país.
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Pese a todo y a los reprobables hechos en que se han perdido vidas humanas, en México la mayoría de las personas realizan sus actividades cotidianas de manera normal.
Por ello, sería exagerado afirmar que nos encontramos ante una crisis. Sin embargo, todas las instituciones del Estado y, en particular, en el Senado de la República tenemos como una de nuestras prioridades más importantes atender de inmediato el problema que vive el país en materia de seguridad.