Cada vez la sociedad es más consciente de las desigualdades de género que afectan nuestra vida cotidiana; sin embargo, la imagen, la ropa y la toma de decisiones de muchas mujeres siguen siendo el blanco de comentarios agresivos o violentos por parte de otras personas, quienes no han logrado deconstruir el machismo arraigado en nuestra cultura.
Esto fue evidente luego de que se hiciera viral el video de una abogada y modelo boliviana al llevar a su hijo a la escuela en ropa deportiva. “Mamá fitness” fue bautizada a las pocas horas por cientos de cibernautas. La imagen fue originalmente difundida en redes sociales por otra mujer, quien cuestionó la vestimenta supuestamente “inapropiada” para acudir a un colegio, y replicada por muchas personas con frases misóginas.
Aunque criticar a una madre por su forma de vestir, puede parecer algo “no tan grave”, en realidad es una violencia normalizada. En pleno siglo 21 persisten actitudes que aún atentan contra los derechos de las mujeres a ser respetadas y a la libertad de elegir su identidad, forma de ser y hasta de vestir.
¿Cómo es que debería verse entonces una mamá que va por su hijo a la escuela? ¿Bajo qué argumentos? ¿Con qué autoridad podemos imponer esas reglas? Y es que este tipo de prejuicios, por un lado, implican la imposición de la “decencia”, según los parámetros conservadores, y a la vez revelan la capacidad de otros de cosificar e imponer un valor de alguien solo por su apariencia.
La cosificación es una forma de violencia de género que pone en riesgo a las mujeres, principalmente. Se les juzga como más o menos competentes y menos humanas, lo que también está relacionado con la normalización y la errónea justificación de la violencia familiar o de las agresiones sexuales.
De acuerdo con los datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, en el 2021, en todo el país, se reportaron cerca de 6 mil casos de violencia familiar, en los que el 90% de las víctimas fueron mujeres y el 85% de las agresiones provinieron de hombres.
En la Línea Mujer y familia o Chat de Confianza 55 5533 5533, se atendieron también más de mil reportes por violación, abuso y acoso sexual.
Defender la libertad de la mujer a elegir cómo quiere ser o vestir es un aspecto central de la igualdad sustantiva a la que debemos aspirar como ciudadanía; es necesario visibilizar todas aquellas actitudes y acciones que coartan su libertad y solo benefician al machismo que tanto nos hace daño a todas y todos.