Lamentablemente no y lo peor de todo es que esa situación se ha reflejado en una enorme cantidad de periodistas que han perdido la vida en cumplimiento de su trabajo que les apasiona y que lo hacen con diligencia. Tan es así que han existido llamadas de auxilio oportunas que han sido ignoradas y que han tenido desenlaces fatales.
La Sociedad Interamericana de Prensa ha pedido de forma encarecida que se revisen protocolos, que cesen los ataques contra la prensa aún cuando sean críticas a la supuesta veracidad o no de su trabajo y que se trabaje de fondo en el grave problema de inseguridad que golpea a, prácticamente, todas las regiones del país, sobre todo, aquellas zonas en que el crimen organizado se ha fortalecido al grado de reivindicar ciertos ataques en contra de la libertad de expresión.
Es momento de ponernos a trabajar en dar más elementos al Mecanismo de Protección a Periodistas para que sea una herramienta eficaz en lo ministerial pero también en la parte preventiva, ya que en ello se mostrará la capacidad del Estado mexicano para demostrar que vivimos en una democracia plural en la que las investigaciones periodísticas se pueden replicar desde el orden institucional y no de los ataques verbales, psicológicos y, desde luego, físicos.
Necesitamos, por un lado, otorgar más recursos al Mecanismo para darse abasto con todas y todos aquellos que piden protección, mientras que, por otro lado, debemos fortalecer la capacitación de quienes integran el Mecanismo a fin de que sean capaces de evaluar el riesgo a la luz de la necesidad y no de posiciones políticas que tergiversan el trabajo a la luz pública y generan una división que puede llevar a trastocar los límites de la réplica para pasar a los crímenes atroces.
El Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, debemos trabajar de forma coordinada para crear escenarios que potencien la libertad de expresión y que permitan foros de crítica que sólo puedan ser acallados con hechos, con datos duros y con la apertura de entender que ello engrandece a los verdaderos estadistas que saben hacer frente a todas las voces, no para descartarlas sino para unirlas en beneficio del pueblo de México y con la altura de miras de saber cuándo hay errores y corregir a tiempo para evitar volver a los momentos oscuros en que la censura era la regla.