Uno de los principales problemas de nuestro país en la última década es la seguridad. Año tras año vemos cifras alarmantes de homicidios dolosos y otros delitos de alto impacto que nos dejan cada vez menos esperanza en ver un cambio significativo a corto plazo para vivir en una sociedad en donde la ciudadanía pueda desarrollar sus potenciales sin ver sus capacidades coartadas por factores externos como la inseguridad.
El periodismo es una labor muy importante en la sociedad y vital en una sociedad democrática como la nuestra. Todos los días, los periodistas salen a las calles de este país a informar sobre muchas realidades ajenas a los recipientes de la información, a sabiendas de que el ejercicio de su profesión representa un alto e injusto riesgo en nuestro país que puede ir desde amenazas a su persona hasta perder la vida.
En 2021, México ocupó el terrible segundo lugar en homicidios a periodistas, solo por detrás de Afganistán, un país en dónde ha reinado el conflicto social durante varias décadas. Impacta que nuestro país padezca de una situación similar en el rubro a la de un país en constante conflicto y con regímenes autoritarios, dónde un importante número de homicidios se le adjudica a los grupos terroristas. Lo anterior es una grave señal de la falta de gobernabilidad en nuestro país y la falta de atención a la protección de esta protección.
En el acumulado de los últimos 5 años, México se coloca como el país más peligroso para ejercer el periodismo, han sido 66 homicidios a periodistas por delante de los 53 de Afganistán y los 40 de la India, de acuerdo con el informe anual de la Campaña Emblema de Prensa (PEC). Lo cual nos indica que se trata de un problema crónico del que ninguna de las últimas administraciones se ha ocupado oportunamente.
Article 19 ha documentado 29 asesinatos a periodistas en lo que va de la actual administración, en comparación a 47 que se registraron en el sexenio anterior, de mantenerse la tendencia, la actual administración tendrá la cifra más alta de asesinatos a periodistas en la historia de México. El gobierno no ha hecho lo necesario para garantizar que los periodistas puedan informar libremente y en condiciones de seguridad, tratándose de uno de los pendientes que requieren de la máxima prioridad en nuestro país.