Hace unos días asesinaron al 5to periodista del año 2022. Y no es que estemos llevando la cuenta para atacar al gobierno o porque antes no los asesinaran, sino porque llevamos unos meses donde el gobierno federal recrudeció los ataques desde la mañanera con su sección de “quién es quién en las mentiras” y a pesar del llamado, de ya hasta organizaciones internacionales, para que esto se frene, López Obrador nomas ni los ve ni los oye.
A él lo único que le importa es la intención de “defenderse” y “cuidar la investidura presidencial” la vida de las y los periodistas ¿qué?
Desde el Congreso Federal, el Diputado Luis Mendoza, Presidente de la Comisión de Radio y Televisión, bajo el liderazgo del Coordinador Diputado Jorge Romero están haciendo un llamado para que el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, asista a las Comisiones del Congreso para informar qué están haciendo a favor de la prensa en México.
Yo, a título personal, he cuestionado en múltiples ocasiones ya la inacción de este gobierno, los ataques cotidianos que sufren los periodistas en voz de López Obrador, la humillación que tienen que sufrir porque el señor se siente amenazado por las verdades que los medios publican y señalan, verdades que insultan más por el cinismo con el que son atacadas y sin pudor alguno sus autores descalificados hasta la médula.
En los tiempos de la 4ta transformación ha resultado más peligroso ser periodista, sea del medio que sea, que en los peores tiempos del PRI. Y es aquí, donde radica este llamado de auxilio, porque al ritmo que vamos el Presidente está a nada de hacer notar que los periodistas que ahora son asesinados lo son por ser comparsas de la mafia del poder, o por culpa del periodo neoliberal o porque no estaban del lado correcto de la historia.
Ni Vilchis, ni Ramírez, ni Obrador deberían tener la posibilidad de influir en la vida de las personas, por más que lo nieguen no es normal tener una sala de exhibición de “la vergüenza” donde cada semana señalen de manera directa a cualquier periodista. Una cosa quizá era confrontar a los medios, cosa que tampoco está bien, pero ya personalizar como ahora lo hacen no es correcto en ninguna democracia del mundo.
Y no es que esperemos, por lo menos no yo, que el primer mandatario se quede callado, sabemos que él no es así y francamente está bien que exprese su opinión, pero no puede usar los recursos del Estado para estar atacando a nadie. México se ha construido por décadas gracias a sus diferencias.
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Pese a todo lo anterior el Presidente no deja de estar en estado de cerrazón diciendo que él no contribuye a esta pandemia llamada asesinatos de periodistas.
Para concluir, hace unos días a mi me pegaron a fuera del Congreso. Unas personas que exigiendo lo que consideran son sus derechos, violaron otros. Me pegaron porque pudieron, me pegaron, aunque les pedí que se detuvieran y esto, esa violencia sin parar que nos está guiando todos los días: TIENE QUE PARAR.
Ningún periodista debería ser asesinado por hacer su trabajo y créanme cuando les digo que la vida de los periodistas vale más que defender la 4ta transformación.