El pasado viernes se dieron a conocer comunicaciones que involucran al Fiscal General de la República, Dr. Alejandro Gertz Manero, en irregularidades dentro de la fiscalía que involucran a ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que sugieren que el fiscal hace uso de los medios institucionales para resolver asuntos personales.
Lo que podría derivar en diversos delitos de confirmarse que lo revelado en los audios sea una práctica real.
En enero del 2019, el Senado de la República dio el voto de confianza al Dr. Alejandro Gertz Manero para comandar la naciente Fiscalía General de la República y procurar la justicia en nuestro país, a sabiendas de que se trataba de una de las tareas más complicadas en un país como el nuestro, hambriento de procuración de justicia. La expectativa detrás de este nombramiento era alta y se dotó a la fiscalía de los recursos necesarios para procurar la justicia en nuestro país.
En los últimos 3 años la figura del fiscal ha estado rodeada de escándalos de diversas índoles como los “Pandora Papers” o el litigio que involucra a la Universidad de Las Américas de Puebla, así como la confrontación directa contra uno de los funcionarios presumiblemente más capaces que ha tenido la actual administración, el extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto.
Hoy estamos ante una nueva controversia en la que se presume la intervención del fiscal en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en el caso de Alejandra Cuevas Morán, viuda del hermano del fiscal general, Federico Gertz Manero. Lo que representaría el uso faccioso de la fiscalía para los intereses personales del titular, situación inadmisible para la procuración de justicia en nuestro país.
El Dr. Gertz Manero debe presentar su renuncia inmediatamente y su actuar debe ser investigado para determinar si se cometió o no algún delito durante su administración. Nuestro país no debe permitir estos manejos turbios en el órgano público autónomo encargado de la procuración de justicia en nuestro país. En un país tan escaso de justicia como el nuestro, no nos podemos dar el lujo de tener sospechas en la Fiscalía General de la República.