Como oposición no debemos morder de nuevo el anzuelo, más si durante esta administración se ha demostrado que los objetivos de la 4T siempre son políticos y electoreros, nunca enfocados a la inversión o desarrollo. Y no me refiero al tema de las “tlayudas” del AIFA, sino a la ficción del pasado 23 de marzo: el “Grupo de Amistad México-Rusia”, justo a un mes de la abominable invasión de Rusia a Ucrania.
Lo que se encubre con ello son dos estrategias: una mediática para satisfacer a los pseudo comunistas e idólatras de los distintos bloques del partido gobernante y por supuesto, para desviar la atención en los temas que realmente están afectando al país y la celebración del proceso de Revocación de Mandato.
Vergonzosamente para México, actores políticos del PT, Morena y el PRI lisonjearon y mostraron su apoyo a Viktor Koronelli, levantando indignación entre la oposición por su falta de sensibilidad y por el hecho de enviar un mensaje equivocado al mundo respecto a las posturas que previamente ha tenido México, en primer lugar, porque ya el Presidente Andrés Manuel López Obrador condenó la agresión rusa en el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En segundo lugar, porque según datos de la misma ONU, al menos 1,035 civiles han muerto y 1,650 han resultado heridos en Ucrania y porque precisamente hoy, 24 de marzo, fueron aprobadas las propuestas de México y Francia que demandan ayuda humanitaria en Ucrania, así como la urgente búsqueda de protección para las víctimas de la guerra.
No se trata de disparidad de criterios en los bloques del partido gobernante.Sin bien pareciera que las posturas del Presidente y de la Cancillería mexicana solicitan ante la ONU algo distinto a este guiño que hicieron los legisladores al Kremlin, la realidad es que estos actores políticos del Grupo de Amistad México Rusia prefieren congraciarse con los “anti yankees” antes de enviar mensajes de solidaridad y apoyo a la nación ucraniana que está siendo cruelmente masacrada por el mismo fanatismo y búsqueda del poder que impulsa a los de aquí a asegurar su base electoral y militancia a como de lugar.
El mensaje del lisonjero Grupo de Amistad no representa la postura de México ante la guerra, representa el interés de unos cuantos de mantener adeptos en sus filas, el interés de continuar con la polarización y la falaz idea de que todo lo que se oponga los estadounidenses y “su capitalismo” es malo…. una visión desde luego bastante pobre, si consideramos no sólo que nuestro país es el principal socio comercial de Estados Unidos, sino que, por relaciones generacionales y trascendentales, nos unen a nuestros vecinos del norte lazos humanitarios y al menos, 38.5 millones de connacionales que se han abierto paso en ese país.
No por nada el Embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, reclamó el apoyo de dichos legisladores a Rusia, solicitó solidaridad con Ucrania y que ambos países (México y Estados Unidos) deberían permanecer igual de unidos como en la Segunda Guerra Mundial contra Adolfo Hitler.
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Estamos ante una inminente Tercera guerra mundial y es disparatado que en nombre del poder se hayan dado semejantes adulaciones a la representación de un genocidio.
Si bien como oposición no debemos dejar de señalarlo, tal y como se hizo con la protesta pacífica encabezada por emecistas en San Lázaro, no debemos morder el anzuelo. Al igual que la inauguración del AIFA que pareció más un arranque de campaña ante el proceso de Revocación de Mandato, no debemos de perder de vista que más allá de clases y del discurso dicotómico de “buenos y malos” o “aliados y opositores”.
El país está a punto de celebrar elecciones en seis entidades federativas, se desmorona con 55.7 millones de mexicanos en situación de pobreza, con 35 millones desamparados médicamente por la cancelación de Seguro Popular, 48 periodistas en el trienio obradorista y 102 políticos asesinados, 36 de ellos en las últimas elecciones. Sumémosle la terrible guerra que aquí también se sufre en México contra el crimen organizado.
La instalación del Grupo de Amistad con la Federación Rusa es la mera humillación de un reducido grupo de intereses y a su vez un terrible distractor respecto a las atrocidades que sufren no sólo los ucranianos, sino también nosotros, las y los mexicanos.
Ante los tiempos de guerra no debemos de apelar ni fomentar los fanatismos e idolatrías que dividen y que tanto daño le han hecho al mundo y a nuestro país. Como bien decía el poeta y filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana “quien olvida su historia está condenado a repetirla”. Que no se olvide lo que es capaz de hacer el poder por el poder, que no se olvide que ante la adversidad debemos de apelar al análisis crítico, a la información y por supuesto, a la unidad ante las injusticias.