Comenzó a trabajar a los 14 años, en el único empleo que pudo encontrar entonces: el hogar. En ese tiempo se referían a ella con palabras despectivas, como “criada” o “chacha”; era otro contexto que ahora busca ser erradicado.
Han pasado más de cuatro décadas y hoy su nombre es sinónimo de lucha, de búsqueda constante por la igualdad, el trabajo reconocido y libre de violencia.
Después de laborar 21 años como con diferentes familias y sufrir discriminación, abusos y violencia, Marcelina Bautista Bautista se convirtió en activista, se capacitó en Derecho Laboral y en 1988 participó en el Primer Encuentro Latinoamericano y del Caribe de Trabajadoras del Hogar, de donde se instituyó el 30 de marzo como el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar.
“Conseguí mi primer empleo como trabajadora del hogar a los 14 años. Lo primero que me inquietó fue la desvalorización del trabajo y que la violencia contra nosotras empezaba desde la manera como nos denominaban, porque no somos la criada, ni la chacha, como nos decían”, ha comentado en entrevistas.
En el 2020 formó, junto con otras compañeras, el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH), para ayudar a otras trabajadoras que desconocían sus derechos o eran violentadas por sus patrones o personas cercanas a ellos.
Marcelina comenzó una lucha que ya da frutos: el Senado recientemente modificó la Ley del IMSS para obligar a los empleadores a registrar a las personas trabajadoras del hogar, quienes ahora desde este nombre son reivindicadas y dignificadas.
Con pocos recursos, pero con mucha convicción, CACEH hizo realidad la primera Cooperativa para el Desarrollo Integral de las Personas Trabajadoras del Hogar, un espacio desde el cual las mujeres serán capacitadas y se pugnará por sus derechos a un contrato, un salario justo, seguridad social y prestaciones.
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Las violencias de las que son víctimas están plasmadas en el reporte “Trabajadoras del hogar, confinamiento obligatorio y riesgo de Trata”, elaborado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, que también presentó el primer Violentómetro reconocer desde expresiones discriminatorias hasta embarazo por abuso de poder o Trata de Personas.
La lucha de Marcelina es un compromiso por la igualdad y la vida libre de violencia, que hemos impulsado desde el Consejo Ciudadano, por lo que firmamos un convenio con CACEH, que, por increíble que parezca, es el primero que firman en 22 años de activismo. En otras palabras, estas mujeres han sido invisibilizadas, incluso, en la articulación con instituciones y organismos.
CACEH ahora cuenta con un espacio en nuestras sedes para acercar a las trabajadoras del hogar atención jurídica y psicológica gratuita. Además, desde el Consejo les ofrecemos orientación 24/7, confidencial, a todo el país, en la Línea de Seguridad y Chat de Confianza de WhatsApp (55 5533 5533).