El pasado 27 de abril, se dio a conocer la noticia del ataque propiciado por parte de |elementos de la Guardia Nacional, a estudiantes del programa educativo de licenciatura en Agronomía de la Universidad de Guanajuato, en donde perdió la vida uno de ellos, otra resultó gravemente lesionada y uno más resultó ileso.
De la lectura del comunicado emitido por la propia Guardia Nacional, se advierte que reconoce que uno de sus elementos, de forma unilateral, disparó en contra de los estudiantes, con los resultados antes mencionados. El presidente de la República licenciado Andrés Manuel López Obrador señaló que “es un caso lamentable y que no va a haber impunidad”.
Recordemos que, desde la propia creación de la Guardia Nacional en el Congreso de la Unión, mucho se debatió sobre que no debía estar integrada por una totalidad de militares, puesto que su naturaleza responde a una institución civil, una de las razones, fue, precisamente, la violación constante y flagrante a los derechos humanos de las y los mexicanos, por parte de los miembros del ejército mexicano, cuando menos, así lo demuestran algunos casos en nuestro país.
En este sentido, si bien es cierto que el caso de los estudiantes violentados por un elemento de la Guardia Nacional y otro de la Marina, es lamentable y reprobable desde cualquier punto de vista, también es verdad que se trata de un hecho aislado que, por sí mismo, no tendría como resultado pensar que en esta corporación, sea un común denominador la realización de estas conductas, sino todo lo contrario, su labor primordial es dar seguridad a la sociedad mexicana; sin que deje de mencionar que el ejército mexicano si lleva a cabo labores de seguridad (crimen organizado) y que no es deseable que aumenten estas labores.