Una vez más, las balas han hecho presencia en las universidades de nuestro país reflejando la gravísima crisis en materia de seguridad en la que nos encontramos desde hace ya muchísimos años. En donde las armas ya son parte de nuestro día a día y que han alcanzado a las aulas en donde nuestros estudiantes se preparan para hacer de nuestro país un mejor lugar.
El miércoles pasado, un lamentable hecho ocurrió en Guanajuato, en donde un elemento de la Guardia Nacional disparó en contra de estudiantes de la Universidad de Guanajuato, desgraciadamente un estudiante perdió la vida y otra más resultó herida. No es la primera vez que esto pasa, recordamos con mucha tristeza el asesinato de los alumnos Jorge Mercado y Javier Arredondo en 2010, asesinato por el que aun no se tiene una sentencia y sigue impune.
Una de las grandes propuestas en la campaña presidencial de 2018 era la de desmilitarizar al país, mucho se habló de regresar a los militares a los cuarteles. Pero hoy los militares siguen en las calles y las cifras y las experiencias no solo no muestran un avance en materia de seguridad, si no que parece que la crisis recrudece y la administración federal no muestra intenciones de dar un golpe de autoridad para que nuestro país vuelva a ser un lugar seguro en donde pueda desarrollarse nuestra niñez.
Cuando desde el Senado de la República votamos la creación de la Guardia Nacional, se había acordado de que sería un organismo con mando civil, con el objetivo de evitar distintas situaciones que pudieran resultar en un perjuicio para la seguridad de la ciudadanía.
Sin embargo, en la ejecución se cuenta con una Guardia Nacional militarizada y que ha incurrido en múltiples faltas que pudieron haberse evitado desde el inicio. De 2019 a 2021 se registraron al menos 161 eventos de uso de la fuerza por parte de esta corporación.
Nos duele la pérdida de Ángel Rángel, nos pesa que 12 años después de lo ocurrido en el Tec de Monterrey, no haya servido de experiencia para que esto deje de pasar y sea ahora en la Universidad de Guanajuato. La administración actual debe tomar cartas en el asunto y corregir el rumbo para que nunca más un estudiante tenga que ir con miedo a las aulas. De igual manera se debe de procurar la justicia para que este homicidio no quede impune.